Parasitación intestinal por unicelulares eucariotas en una población con obesidad mórbidaimplicaciones clínico-metabólicas
- Caudet Esteban, Jana
- Juan Francisco Merino Torres Director
- María Trelis Villanueva Codirectora
Universidad de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 17 de febrero de 2023
- Carlos Sánchez Juan Presidente
- Antonio Hernández Martínez Secretario/a
- María Auxiliadora Dea Ayuela Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La obesidad es una enfermedad grave y multidimensional que, en la actualidad, ha alcanzado dimensiones pandémicas. Muchos son los mecanismos fisiopatológicos propuestos para intentar explicar el marcado aumento de su incidencia, y que se han orientado a hallar nuevas dianas terapéuticas con las que combatirla. Clásicamente se han señalado los factores ambientales propios del estilo de vida occidental (como la alimentación hipercalórica y el sedentarismo) como relevantes en el desarrollo de esta enfermedad; sin embargo, nuevas evidencias apuntan hacia que también podrían jugar un papel importante elementos infecciosos del medio, con repercusiones tanto perjudiciales como protectoras sobre el metabolismo humano. Unos buenos candidatos a ejercer estos efectos son los protozoos parásitos intestinales, cuya presencia ha sido muy poco descrita en la población con obesidad. La ubicación intestinal de los parásitos unicelulares eucariotas les otorga la capacidad de interaccionar con las comunidades bacterianas intestinales, ampliamente descritas como factor determinante del desarrollo de la obesidad y de otras enfermedades metabólicas. Por otro lado, su colonización intestinal está asociada a modificaciones de la respuesta inmunitaria e inflamatoria del hospedador en el que habitan. Por lo tanto, resulta razonable argumentar que estos microorganismos pudieran tener un papel relevante en modular el desarrollo de los trastornos metabólicos del obeso, hecho no estudiado con anterioridad. En este trabajo se describe la presencia de 3 microorganismos unicelulares eucariotas (Blastocystis sp., Giardia intestinalis y Dientamoeba fragilis) en una población de sujetos mayoritariamente con obesidad grado III, junto con algunos con obesidad grado II acompañada de comorbilidad metabólica. En función de la colonización o no por estos parásitos se compararon una serie de parámetros de interés: manifestaciones clínicas abdominales; situación metabólica; composición corporal (valorada mediante bioimpedanciometría); marcadores nutricionales analíticos; características cualitativas y cuantitativas de la dieta; diversidad bacteriana, frecuencia y abundancia relativa de los taxones del ecosistema bacteriano intestinal; y marcadores de respuesta inmunitaria, de inflamación y de estrés oxidativo. Los resultados de este estudio revelan, por un lado, que la colonización por los parásitos intestinales descritos carece de efectos perjudiciales sobre el hospedador obeso, por lo que no habría argumentos para su erradicación indiscriminada. Es más, el subgrupo de pacientes colonizados mostró rasgos de un perfil metabólico más saludable, como fueron: menores índices de resistencia a la insulina (medido por el índice HOMA-R), tendencia a menos comorbilidades metabólicas, comunidades bacterianas intestinales más ricas y diversas y respuestas antioxidantes más hiperactivas. Llamativamente, en función de la especie parásita colonizadora se identificaron indicios que sugerían la existencia de un patrón diferencial en los efectos ejercidos sobre el hospedador, con repercusiones metabólicas beneficiosas asociadas a Blastocystis sp. y/o D. fragilis, pero perjudiciales en el caso de la colonización por G. intestinalis. No obstante, el pequeño tamaño de la muestra colonizada por esta última impidió establecer diferencias claras entre especies como para concluir con seguridad su patogenicidad. Con todo, los hallazgos de este trabajo sugieren que la colonización crónica por los microorganismos estudiados (y concretamente, por Blastocystis sp.) puede reportar beneficios al hospedador con obesidad, a través de la modificación de la composición de su ecosistema bacteriano intestinal o del tipo de respuesta inmunitaria que exhiben de manera predominante. Así, lejos de considerarlos parásitos patógenos, podrían contemplarse como elementos comensales dentro de la microbiota intestinal, y como biomarcadores de un ecosistema bacteriano intestinal saludable. Son necesarios sucesivos estudios que corroboren estos resultados en otras poblaciones, y que sean diseñados para poder establecer causalidad directa entre la presencia de parásitos intestinales y el mantenimiento de perfiles metabólicos más saludables en población con obesidad.