El concepto de soberanía política en Jacques Maritain
- NAGÉS GUILLÉN, ALFONSO
- Jordi Giró Paris Director/a
Universidad de defensa: Universitat Ramon Llull
Fecha de defensa: 22 de junio de 2000
- Arturo Juncosa Carbonell Presidente/a
- Josep Monserrat Molas Secretario/a
- Agustín Domingo Moratalla Vocal
- Josep Maria Esquirol Calaf Vocal
- Àngel Castiñeira Fernández Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Jacques Maritain (1882-1973), a mediados del siglo XX, intenta poner fin a la discusión en torno al concepto de soberanía porque considera que ha sido mal planteada desde sus orígenes con Jean Bodin (1530-1596). Su significado original estaba latente en algunas concepciones medievales del poder, pero ha sido en la modernidad cuando el concepto de soberanía ha desembocado en las interpretaciones absolutistas del poder político a través, sobre todo, de la obra de Thomas Hobbes (1588-1679), teórico y precursor de los Estado absoluto, y de Jean Jacques Rousseau (1712-1778), inspirador de una falsa democracia a través de su mítica voluntad general. Maritain, crítcio con estas inspiraciones, intenta corregir el planteamiento de la autoridad política desechando el término "soberanía" porque oculta y confunde el verdadero sentido del poder político. Las bases sobre las que debe asentarse esta nueva concepción están inspiradas en la doctrina social de Tomás de Aquino. Maritain retoma y actualiza muchas de sus nociones políticas tales como: autoridad, poder, origen de la autoridad, participación, vicariato y democracia. Considera que la soberanía, desde sus comienzos, significa un poder y una independencia que son supremos, trascendentes y separados, por encima del todo que gobierna el soberano. En este sentido, el concepto de soberanía nos sería más que un préstamo teológico; es decir, una secualirización del poder de Dios que históricamente pasa a encarnarse en el monarca, en el Estado o en el pueblo. Para entender y recuperar el verdadero sentido de la autoridad política se debe comenzar por una correcta interpretación de nociones tales como cuerpo o sociedad política, pueblo y Estado. Pues bien, esta noción de poder (soberanía) por encima, separada y tarnscedente de los que gobierna no corresponde al rey (soberano), ni al Estado ni al pueblo. Ninguno de ellos puede atribuirse el calificativo de soberano. La prop