Sobre algunas estructuras truncadas en la conversación coloquial

  1. Pérez Giménez, Montserrat
Revista:
Interlingüística

ISSN: 1134-8941

Año de publicación: 2003

Número: 14

Páginas: 875-886

Tipo: Artículo

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Resumen

La sintaxis coloquial, como nivel de análisis perteneciente al discurso, al español hablado en particular, requiere un enfoque distinto del que se le ha concedido hasta ahora en las gramáticas. Quizá éstas ni fueran conscientes de ello, pues se dedicaban a aportar ejemplos extraídos del lenguaje escrito, de textos literarios, cuando no eran inventados. Las gramáticas al uso no reflejan las construcciones que resultan tan frecuentes en el discurso, sencillamente, porque su método de análisis no es capaz de dar una explicación a su forma o a la función que desempeñan tanto dichas estructuras en su totalidad, como la de los elementos que las integran. Por tanto, el análisis del discurso abordado desde una perspectiva gramatical resulta inadecuado, pues desvirtúa, entre otras cosas, la verdadera explicación de por qué un hablante produce su intervención de determinada manera, es decir, la intención comunicativa que la guía. Creemos que, más bien, es necesario adoptar una perspectiva pragmática, capaz de dar cuenta de las construcciones del coloquio, tan arrinconadas hasta ahora. Sólo así dejará de estar desenfocado el estudio de las unidades discursivas. Como veremos a continuación, esta reflexión no es nueva, pues son varios los lingüistas que abogan por la toma de una vía pragmática que dé solución a los "problemas" de la sintaxis. Estudiosos como A. Narbona (1989b), A. Briz (1998) o S. Gutiérrez (1995) son buen ejemplo de ello. De esta manera, Narbona opina que la Pragmática "no es un nivel de análisis más que venga a sumarse a la semántica y a la sintaxis (las dos disciplinas más consolidadas), sino más bien una perspectiva o punto de vista que ha de constituir el fundamento de ambas." (1996:224). Asimismo, Narbona advierte en diversos trabajos (1989a, 1989b, 1990) que gran parte de los problemas que surgen, por ejemplo, del estudio de las comparativas y, en general, de las llamadas "subordinadas adverbiales impropias" por la gramática tradicional, se debe a obviar otras formas de uso lingüístico, pues la que más se suele describir es la modalidad considerada "culta", que suele coincidir con la escrita de carácter literario. Estudiar la modalidad coloquial implica tener en cuenta aspectos como la curva melódica, las inflexiones tonales, las pausas, los acentos de intensidad, etc. Por consiguiente, es necesario considerar no sólo el canal escrito en la comunicación, sino también el oral, pues de su propia naturaleza emanan los "problemas" o "desajustes" a los que se enfrentan los gramáticos, que lo son desde esa óptica que adoptan a partir del lenguaje escrito.