La República Deliberativa de Jürgen Habermasensayo sobre un gobierno de la reflexión
- Di Giacomo Zanotti, Mario
- Victòria Camps Cervera Director/a
Universidad de defensa: Universitat Autònoma de Barcelona
Fecha de defensa: 29 de abril de 2009
- Raúl Pedro Gabás Pallás Presidente/a
- Margarita Boladeras Cucurella Secretario/a
- Mercè Rius Vocal
- Jesús Marcial Conill Sancho Vocal
- Adela Cortina Orts Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Resumen Este trabajo de investigación analiza las obras fundamentales de la producción bibliográfica de Jürgen Habermas a fin de determinar la noción de República deliberativa (o discursiva) que el autor alemán tiene en mente. Si bien el esfuerzo teórico toma como su elemento central de estudio esa noción, empero el rastreo conceptual se ve en la necesidad de respetar la misma lógica evolutiva del pensamiento habermasiano, esto es, la diacronicidad con que se presenta el desarrollo especulativo y el itinerario intelectual del mismo Habermas. La complejidad de temas y asuntos tratados en el corpus doctrinal del autor es enfocada en esta investigación desde la perspectiva de un republicanismo que se encuentra, por así decir, latente en las primeras obras habermasianas publicadas, pese a que él mismo suele tachar a tales obras de todavía enmarcadas en el contexto de la filosofía de la conciencia y dentro de los márgenes, ahora inadecuados, de la concepción de un sujeto en gran formato. Sin embargo, la descosificación que Habermas desde sus primeras obras diagnostica en el plano de la ontología y del sujeto, y en la profanización del saber que hoy todo lo abarca, permite entrever desde los comienzos que la formación de los procesos de legitimidad, así como la creación de consensos no forzados que permiten una convivencia pacificada, ya no pueden eludir un plano discursivo de argumentación ceñida a una universalización de tipo moral que se hace acompañar de la noción de justicia. A más de ello, pero también a causa de ello, una sociedad en movimiento que ha menester de constantes flujos de legitimación, en razón de una complejidad que recusa la estaticidad de los viejos regímenes políticos, se ve en el trance de insertarse en movimientos constituyentes nunca acabados y en una dialéctica que instala entre lo público y lo privado unos límites siempre elásticos, y entre la igualdad real y la igualdad formal un proceso indetenible de materialización de los derechos. La estrategia weberiana que corre por la cuenta de un desencantamiento (Entzauberung) del mundo y de la acertada paráfrasis que en esta senda queda referida al derecho como "desencantamiento de las vías jurídicas" (Schluchter), permite a Habermas, rearticulando no obstante el pensamiento de Weber, ir en pos de una sociedad posconvencional, allende el Estado-nación, entendida como una nación de ciudadanos del mundo, sociedad cosmopolita, en términos kantianos, que reclama para sí el estatuto jurídico que sólo podría otorgarle el ius cosmopoliticum fundado en el dominio de los derechos humanos. Todo lo cual requiere la consolidación de un punto de vista normativo que impida las arbitrarias confusiones entre derecho y poder, entre facticidad y validez, entre el poder comunicativo como dominio de la opinión pública fácticamente vigente (es la crítica formulada contra Arendt) y el poder comunicativo atenido a idealizantes y exigentes presupuestos comunicativos. Para el ejercicio del dominio sin el lastre de la violencia es menester que el mismo poder sea examinado desde el punto de mira de intereses universalizables o generalizables: sólo en la convergencia entre poder y razón puede el mismo poder aspirar a una solicitada legitimidad. Habermas cae discursivamente entre convergencias y críticas, entre las críticas a sus propios antecedentes teóricos (Escuela de Frankfurt, marxismo, hegelianismo), las críticas a quienes en vez de producir teorías que no supriman al sujeto se conforman con la creación de tecnología social (Luhmann), olvidando la dimensión utópica de un pensamiento que no puede simplemente conformarse a lo existente. Sin embargo, las mismas convergencias se muestran indóciles en su pensamiento en la recuperación de un Hegel que de alguna manera tiene que volverse contra Hegel, así como de un Kant que no puede ser absorbido en la esfera republicana sin las modificaciones pertinentes. La Ilustración inacabada tiene en Habermas, pues, a uno de sus últimos y más importantes representantes. Lo que no está suficientemente claro, a la altura de los acontecimientos que están teniendo lugar en el mundo, es si esta Aufklärung tardía puede estar tanto a la altura de sus propios supuestos, como de entusiasmar a las almas para militar, todavía hoy, en ella.