Espectro obsesivo-compulsivocorrelatos clínicos y eficacia de tratamiento cognitivo-conductual

  1. Jaurrieta Guarner, Nuria
Dirigida por:
  1. Susana Jiménez Murcia Director/a

Universidad de defensa: Universitat Autònoma de Barcelona

Fecha de defensa: 31 de octubre de 2008

Tribunal:
  1. Miquel Casas Brugué Presidente/a
  2. Adolf Tobeña Secretario/a
  3. Amparo Belloch Fuster Vocal
  4. José Manuel Crespo Blanco Vocal
  5. N. Cardoner Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 222521 DIALNET lock_openTDX editor

Resumen

El concepto de trastorno del espectro obsesivo-compulsivo data, como mínimo, de los estudios de Freud (Freud, 1908), quien postuló la existencia de un continuum entre la naturaleza del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), la neurosis y la psicosis (Stein & Stone, 1997). Posteriormente, otros teóricos de orientación psicoanalítica enfatizaron la importancia de este modelo explicativo (Salzman, 1968). El concepto de espectro obsesivo-compulsivo es un ejemplo de cómo los trastornos pueden reorganizarse en función de una patogenia presuntamente compartida. Se parte del supuesto que los trastornos poseen "elementos del mismo espectro" basándose en sus similitudes con el TOC en una variedad de dominios, no solamente en los síntomas, género, edad de inicio, curso evolutivo, comorbilidad (con trastornos de dentro y fuera del espectro), y la respuesta terapéutica, sino también en la posible etiología compartida (Klein, 1993). Actualmente la noción de trastorno del espectro obsesivo-compulsivo refleja el mayor conocimiento sobre los mecanismos psicobiológicos implicados en el TOC. Diferentes autores han descrito los procesos genéticos, químicos inmunológicos y anatómicos subyacentes en el TOC y en otros trastornos neuropsiquiátricos que presentan ciertas similitudes clínicas (Stein, 2000). La perspectiva dimensional de la sintomatología obsesivo-compulsiva está recibiendo cada vez más atención (por parte de la comunidad científica, e hipótesis integradoras sobre los mecanismos psicobiológicos parecen ser una de las líneas de más interés en los últimos años) (Lochner et al., 2005; Lochner & Stein, 2006b). Una forma de conceptualizar, los trastornos relacionados con el TOC o trastornos del espectro obsesivo-compulsivo es el planteamiento de la idea del continuum, de la dimensión impulsiva-compulsiva (El Mansari & Blier, 2006; Hollander et al., 1996; Zohar & Group, 2006). En un extremo de esta dimensión se situarán los trastornos relacionados con la evitación al daño y la aversión al riesgo; en los que las compulsiones se realizarán en un esfuerzo para reducir la ansiedad o la amenaza percibida. En este extremo, pues, se sitúan el TOC, el trastorno dismórfico corporal y la anorexia nerviosa. En el otro extremo opuesto, se encontrarían los trastornos asociados a la impulsividad o al gusto por el riesgo; en los que los individuos tendrían dificultades para valorar las consecuencias negativas de su conducta siendo mucho más relevantes para ellos aspectos cómo la gratificación/ respuesta inmediata, placer, o la activación/excitación a corto plazo. En este punto del continuum se incluirían las compulsiones sexuales, compra compulsiva, juego patológico, trastornos por atracón y cleptomanía (lo que también se han contemplado como adicciones comportamentales) (Hollander, Braun, & Simeon, 2008).En numerosos estudios se ha indicado que más de la mitad de las personas con TOC cumplen criterios de por lo menos un trastorno actual supuestamente existente del espectro obsesivo-compulsivo, y que más de dos terceras partes tienen antecedentes a lo largo de la vida de por lo menos un trastorno del espectro obsesivo-compulsivo (Angst et al., 2004; du Toit, van Kradenburg, Niehaus, & Stein, 2001; Raffray & Pelissolo, 2007; Richter, Summerfeldt, Antony, & Swinson, 2003).La defensa de la semejanza clínica entre en TOC y los trastornos del espectro obsesivo-compulsivo se basa en la presencia frecuente de pensamientos o preocupaciones reiterativos, similares en apariencia a las obsesiones (Hollander & Wong, 1995). Sin embargo, estas preocupaciones están focalizadas en aspectos concretos y relevantes de cada trastorno específico (el peso corporal en los trastornos de la conducta alimentaria, el aspecto físico en el trastorno dismórfico corporal, una enfermedad concreta en la hipocondría, etc.) y carecen de las características intrínsecas y diferenciadoras de las ideas obsesivas como la conciencia de absurdo, la egodistonía o la resistencia que el enfermo opone a las mismas (Berrios, 2000).