Interacciones parásito-hospedador en poblaciones de aves silvestres y su relación con variables ambientales
- Castaño Vázquez, Francisco
- Francisco Javier Martínez González Director/a
- Santiago Merino Rodríguez Director/a
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 20 de enero de 2022
- David Martín Gálvez Presidente/a
- Rafael Barrientos Yuste Secretario/a
- Alfonso Marzal Reynolds Vocal
- Emilio Barba Campos Vocal
- Josué Martínez de la Puente Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Exploramos la predicción de que el cambio climático tenga efectos sobre las interacciones parásito-hospedador mediante distintas aproximaciones. Un aumento experimental de la temperatura dentro de los nidos de herrerillo común (Cyanistes caeruleus) durante el periodo de crecimiento de sus polluelos, afectó negativamente a la abundancia de pupas de mosca (Protocalliphora azurea) y ácaros (Dermanyssus spp), pero no a la condición de las aves. También estudiamos el efecto del aumento de la temperatura en los nidos de herrerillo en dos latitudes (España y Alemania) con características climáticas diferenciales. La abundancia de larvas de pulga fue más alta en Alemania que en España, reduciéndose con el tratamiento térmico solo en España. El tratamiento también afectó negativamente a la abundancia de pupas de mosca en ambas localidades. Además, el peso de los machos y la longitud del ala de los polluelos de herrerillo estuvieron relacionados negativamente con la abundancia de larvas de pulgas. Además, se exploró el efecto de un aumento de la temperatura en los nidos de carraca europea (Coracias garrulus) en un ambiente semiárido. Observamos un efecto del tratamiento sobre la humedad relativa, siendo menor durante la noche en los nidos calentados. La abundancia de ácaros, flebotomos y moscas cárnidas fue mayor en nidos con menor humedad, pero no encontramos ningún efecto sobre el crecimiento de los polluelos. Las diferencias en dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4) entre el interior y el exterior del nido pueden ser utilizados por algunos ectoparásitos para localizar a sus hospedadores. Hubo una mayor concentración de CO2 en el interior de los nidos que en el aire exterior, siendo la de CH4 menor en los nidos que en el exterior. La abundancia de jejenes fue mayor en nidos donde las diferencias de CO2 fueron más elevadas a los 20 días de edad de los polluelos, indicando que los jejenes pueden utilizar esas diferencias para localizar a las aves. Por otro lado, la abundancia de moscas negras fue mayor en nidos con más diferencias de CH4 a los 8 días de edad de los polluelos, quizá porque aquellos nidos con mayor actividad bacteriana tuvieran mayores concentraciones de CH4 y las moscas negras lo utilizaron para localizar a los polluelos. Finalmente, exploramos si los cambios en temperatura, precipitación y velocidad del viento durante diez años afectó a distintos parásitos del herrerillo común. La abundancia de jejenes, moscas negras y pupas de mosca incrementó a lo largo de los años. La temperatura se relacionó positivamente con la abundancia de jejenes, pupas de mosca, ácaros y larvas de pulgas. Además, la velocidad del viento y la precipitación redujeron la abundancia de pupas de mosca y moscas negras indicando que cada especie de parásito responde a unas condiciones ambientales de manera diferente. Por otro lado, encontramos una relación positiva entre la abundancia de parásitos sanguíneos y sus vectores como Haemoproteus y jejenes durante el primer año de vida de las aves y Lankesterella y ácaros cuando las aves eran polluelos. Las infecciones por Leucocytozoon y Lankesterella estuvieron relacionadas con variables climáticas y las infecciones por Haemoproteus y Lankesterella aumentaron a lo largo de los años. Además, la condición corporal de hembras, machos y polluelos de herrerillo se relacionó negativamente con la abundancia de larvas de pulgas, pupas de mosca y jejenes respectivamente. En conclusión, los cambios en las condiciones ambientales pueden afectar diferencialmente a cada especie de parásito y a sus hospedadores. La predicción de que un aumento de la temperatura debido al cambio climático necesariamente va a producir un aumento de las enfermedades parasitarias no se sostiene en base a nuestros datos experimentales, al menos para algunos parásitos. Además, la diferencia de concentración de algunos gases entre el interior y el exterior del nido todavía puede ser utilizada por parásitos para localizar a sus hospedadores.