Improving decision-making during the accumulation and disposition phases of long-term savinga behavioral-experimental approach

  1. García Martínez, Jesús María
Dirigida por:
  1. José Vila Director

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 15 de diciembre de 2021

Tribunal:
  1. Mercedes Ayuso Gutiérrez Presidente/a
  2. Amparo Urbano Salvador Secretaria
  3. Diego Luis Valero Carreras Vocal
Departamento:
  1. Anàlisi Econòmica

Tipo: Tesis

Teseo: 700219 DIALNET

Resumen

En la actualidad existen preguntas abiertas en la literatura de finanzas conductuales, que tienen implicaciones en importantes necesidades actuales de nuestra sociedad. Dos de ellas son: mejorar el ahorro a largo plazo, fundamentalmente para la jubilación, y la segunda, desarrollar mecanismos conductuales para mejorar las decisiones financieras de las personas mayores de 65 años. Con relación a la primera necesidad, es conocido que el sistema de pensiones público español se encuentra en un estado crítico en cuanto a su sostenibilidad debido a la tendencia demográfica actual, alta esperanza de vida y baja tasa de fecundidad. Por otra parte, la pensión pública española tiene en la actualidad una de las mayores tasas de sustitución y probablemente, como consecuencia, los ahorros privados a largo plazo con carácter finalista para la jubilación son escasos en España. La incertidumbre de la sostenibilidad del sistema público de pensiones puede generar una necesidad de ahorro en el largo plazo en los ciudadanos y los convierte en responsables de sus decisiones para mantener su estilo y nivel de vida deseado en la jubilación. Uno de los instrumentos de ahorro para la jubilación es el plan de pensiones de empleo, en el que los empleados deben decidir si optan por participar y por cuanto ahorrar y, a continuación, activar los pasos necesarios para hacerlo. La hipótesis del ciclo de vida del comportamiento (Shefring and Thaler, 1988), en adición a la hipótesis del ciclo de vida del ahorro (Ando and Modigliani, 1963), considera que ahorramos y gastamos según lo esperado por la hipótesis del ciclo de vida del comportamiento, tenemos un débil autocontrol para encontrar y seguir, lo que hemos decidido, es decir, la forma correcta de ahorrar y consumir. Y en este proceso de decisión, la “arquitectura de la decisión” (Thaler and Sunstein, 2008) tiene un objetivo, hacer fácil la toma de decisiones y, más importante, tomar las mejores decisiones. Los retos para el comportamiento en este proceso de toma de decisión (Benartzi, 2012) están principalmente en tres factores psicológicos: la aversión a la pérdida (fuerte respuestas negativas a la posibilidad de una pérdida), la inercia (la preferencia por el “status quo”) y la “miopía” (enfoque perjudicial en el corto plazo). Desde hace casi dos décadas el programa Save More TomorrowTM (SMarT) (Thaler and Benartzi, 2004), fundamentalmente de aportaciones por defecto, ha sido eficaz en diferentes regiones a nivel mundial y es importante conocer si pudiera tener éxito en nuestro país. Además del programa SMarT, es importante conocer si la educación financiera puede ser suficientemente efectiva en nuestro comportamiento ahorrador, sujeto a un débil control cognitivo y emocional. El ahorro sub-óptimo es un problema financiero generalizado para el ciudadano estándar, pero los sesgos de comportamiento también afectan negativamente los procesos de toma de decisiones de los profesionales financieros. Es importante conocer si, cuando los individuos tienen un alto nivel de conocimientos financieros, los enfoques conductuales en forma de actuaciones por defecto, “nudges” y arquitectura de elección son palancas efectivas del cambio real de comportamiento financiero. Para extraer conclusiones es crítico realizar un experimento de campo, en una situación real de una compañía en funcionamiento, con personas concienciadas y con formación financiera y aseguradora, y observar y seguir los resultados en un año y completarlo con un segundo. En relación con la segunda necesidad, cómo las personas mayores, a partir de los 65 años, toman decisiones financieras, una de las preguntas fundamentales a resolver es conocer si se apoyan en el asesoramiento financiero como soporte crítico o si su exceso de confianza o evitación de este asesoramiento les dificulta esta ayuda. En el caso de la Unión Europea, el 35% de la población tendrá más de 60 años en 2050 y asegurar su inclusión financiera es fundamental para evitar los efectos de la baja alfabetización financiera, de la falta de habilidades digitales, el deterioro cognitivo y físico, el aislamiento social, la dificultad para acceder al asesoramiento financiero, etc. (GPFI y OCDE, 2019). La confianza en la capacidad de tomar decisiones financieras no disminuye con la edad (Finke, Howe y Huston, 2016), pero la reducción de las habilidades financieras se produce al mismo tiempo que se mantiene o aumenta la confianza en uno mismo. Por lo tanto, puede haber un problema de exceso de confianza que afecte la toma de decisiones financieras de las personas mayores y si esta diferencia se mide adecuadamente, a travésde un experimento conductual incentivado, se puede identificar una medición cuantitativa del exceso de confianza financiera a través de experimentación económica incentivada. Promover los comportamientos financieros adecuados, la búsqueda de asesoramiento, puede requiere de una propuesta válida de intervención contrastada y la Teoría de la Motivación para la Protección (Maddux and Rogers, 1983) puede fundamentar soluciones acertadas.