Actividad física, barreras y beneficios en personas con ictus crónicoestudio transversal de encuesta
- M.A. Ahulló-Fuster 1
- M.L. Sánchez-Sánchez 2
- M.A. Ruescas-Nicolau 2
- M.I. Fuster-Ribera 3
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1
Universidad Complutense de Madrid
info
- 2 Facultad de Fisioterapia,Universidad de Valencia
- 3 Unidad de Lesionados Medulares, Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia
ISSN: 0211-5638
Año de publicación: 2019
Volumen: 41
Número: 5
Páginas: 275-284
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Fisioterapia
Resumen
Introducción La actividad física (AF) es fundamental para la salud. Las secuelas producidas tras un ictus y otras barreras pueden interferir en la realización de ejercicio físico (EF). Consecuentemente, podría variar la percepción de sus beneficios. El objetivo de este estudio fue determinar el nivel de AF en función de la capacidad de deambulación, y el grado de incapacidad que presentan los individuos con dichos caracteres, así como las barreras y los beneficios en la práctica de EF percibidos por estos. Material y métodos Se realizó un estudio transversal de encuesta en una muestra de personas con secuelas crónicas tras ictus. Se elaboró una encuesta que contó con un diario de actividad, la escala SIS-16, el cuestionario IPAQ-E, y las escalas FAC y EBBS. Resultados Participaron 74 personas (edad media de 59,19±15,4 años). El 51,4% mostraron una AF baja; particularmente las mujeres (56,7%), los mayores de 65 años (76,9%), los que vivían institucionalizados (100%) y los residentes en el ámbito rural (69,2%). Aquellos individuos con un bajo grado de incapacidad destacaron dentro de los niveles de AF moderada (Mdn=76) y alta (Mdn=87,5), mientras que las personas con un mayor grado de incapacidad despuntaron dentro del nivel de AF bajo (Mdn=51). Hubo diferencias significativas entre el grupo de marcha totalmente dependiente (Mdn=0) y el grupo de marcha independiente (Mdn=1110,500)U=108,500; p<0,001), siendo el primero de los grupos el que obtuvo un nivel bajo de AF. Las barreras más comunes fueron las relacionadas con la fatiga y el cansancio que provoca el EF. Los participantes reconocieron los beneficios del EF para el incremento de la fuerza y el tono muscular; la mejora de la flexibilidad; el funcionamiento del corazón y la condición física. No se encontraron diferencias significativas en cuanto a la percepción de barreras y beneficios. Conclusión La mayoría de los participantes presenta una AF baja, predominando esta en aquellos con un mayor grado de incapacidad y con una marcha dependiente. Se reconocen los beneficios del EF para la mejora de su sistema cardiovascular, su fuerza muscular y su condición física. Justifican la falta de EF por la fatiga y el cansancio que provoca.