Descripción y análisis de las clasificaciones NANDA, NOC y NIC
- Francisco del Rey, Juana Cristina
- Ferrer Ferrándiz, Esperanza
- Benavent Garcés, María Amparo
- Mompart García, María Paz (coord.)
Editorial: Difusión Avances de Enfermería - DAE
ISBN: 84-95626-22-5
Año de publicación: 2002
Páginas: 15-30
Tipo: Capítulo de Libro
Resumen
Se trata en este capítulo sobre la utilización de tres estructuras metodológicas en la práctica de la enfermería, y aunque se concreta específicamente en su utilización en la clínica, como instrumento de ayuda en el proceso de cuidar, es necesario resaltar que también resulta de interés en los demás campos. En la docencia ofrecen una guía de pensamiento que permite explicar, aprender, diseñar y poner en práctica los planes de cuidados con una estructura que da respuestas a todas las situaciones, al tiempo que unifica y normaliza el lenguaje enfermero. Su utilización proporciona información y datos sobre las acciones que se llevan a cabo y su contribución a la solución de los problemas, quiénes realizan estas acciones, el tiempo y los recursos utilizados y los resultados obtenidos; todo esto facilita la gestión, tanto de los recursos de personal como de material. Estas taxonomías están adquiriendo gran importancia en este campo, utilizándose para cuantificar productividad, evaluar la competencia profesional y determinar las retribuciones de los profesionales, lo cual no debe ir en detrimento de su importancia en la clínica y de sus repercusiones positivas para las personas cuidadas. En el campo de la investigación son de gran valor, ya que proporcionan información sistematizada y normalizada, lo que facilita el análisis y estudio de la misma. Por otra parte, el conocimiento de lo que se realiza y los efectos/resultados de los cuidados permiten determinar su valor, a partir del cual proponer ampliaciones, cambios, mejoras, inclusiones, etc. Sin duda el desarrollo y utilización de clasificaciones de la metodología enfermera significan desarrollo para la profesión. La enfermera profesional al utilizar cualquier clasificación en el proceso de cuidados debe hacer la adaptación de los resultados, las intervenciones y las actividades a la respuesta de la persona, la familia o la comunidad. La enfermera profesional, que sabe que el cuidado tiene una componente de calidad sometida a la percepción del receptor del cuidado, no puede utilizar las taxonomías que presentamos con el único fin de medir la efectividad del trabajo de cuidar a través de la cuantificación de su productividad. La enfermera profesional sabe, y valora como prioridad, que el razonamiento crítico, la capacidad de juicio y de toma de decisiones son requisitos indispensables para que quien desarrolle una actividad pueda ser calificado como profesional y pueda asumir la responsabilidad ética y legal que se derive de su actuación, en este caso, dentro del proceso de cuidar. Esto la obliga, como decíamos en la introducción, a utilizar cuidadosa, crítica y responsablemente las clasificaciones. La utilización de metodologías complementarias, siempre que sean de naturaleza compatible, les proporciona un significado mayor pues el desarrollo y mejoras que experimenta cada una de ellas repercute en la otra. En este sentido es necesario que las enfermeras españolas aumentemos nuestro interés por contribuir al desarrollo de las estructuras metodológicas, con su utilización y difusión de experiencias y participando con propuestas en los procesos de construcción de las diferentes clasificaciones, procesos que están abiertos al estudio de los trabajos que se presenten. Para terminar es necesario hacerlo con una reflexión. La metodología enfermera representa el procedimiento enfermero de hacer enfermería, pero se requiere de un marco teórico de referencia que proporciona la idea del pensamiento enfermero para la realización de las acciones ordenadas, organizadas y determinadas en los procedimientos y los resultados. Existen experiencias en este sentido, como la desarrollada por Luis, Fernández y Navarro para la utilización de la taxonomía NANDA con el modelo de Henderson como referente conceptual. La verdadera contribución a la disciplina se hace realidad cuando en la práctica se relacionan el marco teórico y el marco metodológico.