La Palabra a través del prisma musical de Johann Sebastian Bachanálisis de sus dos grandes obras teológicas

  1. Aledo Villodre, Teresa
Dirigida por:
  1. José Antonio Molina Gómez Director/a
  2. Arnau Reynés Florit Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 28 de noviembre de 2019

Tribunal:
  1. Pedro Riquelme Oliva Presidente/a
  2. María Amparo Mateo Donet Secretaria
  3. Miguel Requena Jiménez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La importancia de la figura de Johann Sebastian Bach es indiscutible, siendo considerado un icono referente en el mundo musical que marcó el inicio de una nueva época y el final de la anterior. Sin embargo, no solamente es destacable su relevancia en el campo de la musicología sino por estar inseparablemente ligado a la disciplina de la teología. Como profundo luterano, el estudio de la Palabra formaba parte esencial de la vida del músico y fue evolucionando a medida que el compositor alcanzaba su madurez tanto personal como musical. De esta forma destacan sus composiciones sacras durante su época en Leipzig donde se trasladó en 1723 junto a su familia para desempeñar el puesto de Cantor en la iglesia de Santo Tomás. Desde el inicio de su estancia en dicha ciudad hasta la muerte del compositor en 1750, se le encomendó la hercúlea tarea de la composición de toda obra sacra que sonaba en la iglesia durante todos los actos que componían el calendario litúrgico luterano, además de otras funciones dentro de la escuela. De entre estas composiciones destacan sus corales para órgano, que forman la base de toda composición luterana, siendo éstos también interpretados por la congregación. Es en el arte de este instrumento donde destaca el compositor transcribiendo él mismo para órgano diversas cantatas y corales que formaban parte, a su vez, de obras de mayor envergadura como oratorios o pasiones. Aplicando la técnica de la parodia, nada rechazada en la época y perfectamente aceptada e incluso demandada, los compositores podían hacer frente al gran número de obras que debían escribir, haciendo presente la misma línea melódica pero con diferentes variaciones tanto de tesitura, de altura como de tonalidad, en diferentes obras. De entre toda la literatura musical escrita por Bach, destacan sus pasiones según San Juan y según San Mateo por ser las obras que reflejan un mayor conocimiento del Texto escrito así como un dominio maestral del arte de la composición. El presente trabajo recoge un análisis realizado a una selección de números destacados de dichas pasiones donde se demuestra la soberanía del significado del texto sobre la música, es decir, cómo la música estaba al servicio del texto y del mensaje del mismo, así como era práctica habitual en la época. Con esta característica propia del Barroco musical ligada al profundo conocimiento de la Palabra por parte del compositor, Bach consigue explicar el texto a través de la música y hacer partícipe a una congregación en la vivencia activa de la fe. Con la teología de la cruz como máximo exponente, los puntos álgidos que se destacan en dichas composiciones recogen el arrepentimiento del feligrés, no el momento de la crucifixión o muerte de Jesús, sino cuando somos conscientes de nuestra culpa y pedimos perdón. La música consigue hacer llegar un mensaje de manera muy diferente al uso de la palabra hablada que puede ser fácilmente malinterpretada o puesta en entredicho. Sin embargo, la música al ser un arte abstracto es entendida por cada persona de manera diferente pero siempre acertada. El mensaje teológico, la lectura de la Palabra, así como la interpretación de la misma, también está ligada a la persona que transmite el mensaje, siendo el proceso contrario cuando se introduce el uso de la música en la transmisión de dicho contenido. En una época donde los cambios sociales y musicales estaban íntimamente ligados a la profesión de la fe y vivencia de la misma, Bach consiguió hacer llegar a una congregación el mensaje de la Palabra. Fue un teólogo consagrado a la música, cuya explicación estaba escrita en idioma musical y cuyo público asistente era la congregación.