Liturgia y arquitectura en la Archidiócesis de Sevillala vicaría jerezana durante la Edad Moderna

Resumen

La vicaría jerezana, con una historia que arranca tan sólo dieciséis años después de reconquistada la ciudad de Sevilla y cuyo devenir histórico ha trascurrido siempre íntimamente ligado a ella, presenta una serie de características que no sólo la convierten en porción representativa de la realidad eclesial hispalense, sino que también le confieren ciertas singularidades que aumentan el atractivo de la muestra, al ser la ciudad más poblada, con mayor número de clérigos y parroquias de toda la Archidiócesis después, obviamente, de la propia Sevilla, a cuya sede catedralicia al mismo tiempo emulaba la colegiata jerezana de San Salvador, la institución diocesana de mayor importancia tras el cabildo catedral. Por tanto, la vicaría de Jerez al tiempo que ofrece la posibilidad de estudiar la funcionalidad litúrgica de su arquitectura religiosa en profundidad, mantiene su propia coherencia territorial y jurisdiccional, y lejos de presentarse como objeto de un estudio meramente local, permite conocer el marco hispalense, y aún el hispano, en los distintos aspectos que se analizan, pudiéndose advertir cómo algunos de ellos encontrarán paralelos fuera del marco de la Archidiócesis de Sevilla, al no dejar de ser nuestro objeto de estudio un caso particular de un fenómeno general. Las distintas ceremonias del culto católico exigían unos espacios concretos. Las leyes litúrgicas que los determinaban venían dadas a través de las praenotanda de misales, breviarios, rituales, ceremoniales, etc., que a su vez eran recibidas y puestas en confrontación con la tradición local depositada en libros de costumbres, muchas veces puestas por mandato en las constituciones sinodales y finalmente mandadas cumplir por los propios arzobispos hispalenses y sus visitadores generales. Con el apoyo de estas fuentes específicas y contando también con el apoyo de repertorios documentales, muchos ya conocidos y otros inéditos, de matriz más común en nuestra disciplina (contrato de obra, apunte de cuenta de fábrica, etc.), se ha logrado recrear la topografía espacial de la colegiata y parroquias jerezanas durante la Edad Moderna, comprobándose cómo eran generados y utilizados estos espacios (presbiterios, coros, baptisterios, etc.) de la arquitectura religiosa respondiendo a su alta funcionalidad sacra. En todos estos espacios celebrativos hemos podido comprobar cómo se da una marcada continuidad entre la Edad Media y la Moderna, consecuencia de un desarrollo orgánico donde las reformas revelan un proceso en modo alguno rupturista.