La asistencia sanitaria pública en el Aragón rural entre 1673-1750las conducciones sanitarias de Barbastro

  1. ARCARAZO GARCIA, LUIS ALFONSO
Dirigida por:
  1. Asunción Fernández Doctor Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 11 de julio de 2006

Tribunal:
  1. José Antonio Salas Auséns Presidente/a
  2. Consuelo Miqueo Miqueo Secretario/a
  3. M. Teresa Huguet Termes Vocal
  4. Àlvar Martínez Vidal Vocal
  5. María Pilar León Sanz Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 203606 DIALNET

Resumen

El trabajo tiene como objeto estudiar el sistema de asistencia sanitaria utilizado enAragónmediante profesionales conducidos por los ayuntamientos, tomando como fuente principal el puesto en funcionamiento en Barbastro en 1673 que, aunque no era original, pues se hizo á imitación de otras poblaciones que lo habían experimentado anteriormente, es suficientemente representativo de este reino y de la gran parte de España. Nuestra hipótesis de trabajo general es que en España los intentos de conseguir una asistencia sanitaria publica han sido un todo continuo al menos desde el Renacimiento; conduciendo o contratando sanitarios, primero desde las instituciones municipales de las ciudades, para la asistencia a los pobres (médico de pobres), para extenderse después hasta los pequeños núcleos rurales, cubriendo la asistencia de toda la población (conducción cerrada) que más tarde, en la segunda mitad del siglo XVIII, se irá liberalizando y se convertirá en conducción abierta, es decir, sólo para los pobres y para aquellos vecinos que la desearan, lo que se bifurcará en el siglo XIX y XX en las igualas (contrato particular entre médico y pacientes) y en la asistencia pública del médico contratado por el municipio, sólo para la asistencia de los pobres (médico titular de partido). Finalmente, será en el siglo XX cuando se organice la colectivización de la asistencia sanitaria para toda la población. La hipótesis particular es que las conductas sanitarias de los siglos XVII y XVIII son escalones fundamentales en la colectivización de la asistencia sanitaria, ya que gracias a este sistema patrocinado por la institución municipal, se creó una verdadera tela de araña asistencial que benefició al grupo social de los trabajadores, ya que ni la capacidad económica de éstos ni del Estado estaban en condiciones de garantizarla. Por este motivo, la conducción de sanitarios desde los consejos municipales vino a completar la desarrollada por la Iglesia con los pobres, beneficiando a todos los grupos sociales, con una asistencia sanitaria laica a todos los niveles y de la mayor parte de los habitantes del momento. El presente trabajo lo he dividido en tres partes. La primera está dedicada a la legislación y, en especial, a las ordinaciones de Aragón en todo lo relativo a las conducciones de los diferentes profesionales de la sanidad. También se incluye la escasa legislación de carácter nacional que regía este tipo de contratos, así cóm¿o los datos existentes referentes a los contratos que se efectuaba con los sanitarios en el resto de la Monarquía hispánica, donde se puede ver que el sistema de conducir sanitarios por parte de los municipios era una práctica generalizada_ El segundo gran bloque está dedicado a la conducción de médicos en la ciudad de Barbastro, explicando los motivos que llevaron a la ciudad a organizar su asistencia sanitaria mediante la conducción de tres médicos e intentando desenmarañar como se gestionaba una conducta_ También se estudia todo lo referente al resto de sanitarios no conducidos que completaban el cuadro sanitario de la ciudad. En el tercer bloque se estudia el sistema d0 sanitarios conducidos en el resto de Aragón, para lo cual se ha agrupado a las poblaciones según el número de habitantes y situación, ya que la problemática de los lugares pequeños, ubicados en las zonas montañosas, era diferente de la que tenían otros núcleos de población algo más grandes y en las zonas llanas, mejor comunicadas que en la montaña. Para concluir, he de decir que la conducción de sanitarios fue el sistema habitual utilizado por poblaciones, comunidades de vecinos, parroquias o barrios tanto de Aragón como del resto de la Monarquía hispánica, para garantizarse una asistencia sanitaria que de forma privada hubiera sido imposible. Pero desde el primer momento generó una problemática que perjudicó; principalmente, a los sanitarios que se encontraron inermes frente a sus contratadbres, dando lugar a la judicialización de las conducciones, aunque las instituciones judiciales de la época tampoco fueron capaces de resolverlos. A pesar de todo, esta incipiente organización municipal fue el único sistema que garantizó la asistencia médica pública de la mayoría de la población rural, permaneciendo vigente hasta la mitad del siglo XIX, y siendo germen de los posteriores sistemas asistenciales.