La navegación precolonial en el península ibérica y sus relaciones con el Mediterráneo occidental

Resumen

Entre la ciencia y el arte, la navegación se conforma como la disciplina a través de la cual el ser humano ha podido desplazarse fuera del ámbito terrestre que le es congénito, aventurándose en un medio a priori extraño y amenazador en el que las facultades humanas se encuentran limitadas por unas fuerzas de la naturaleza que escapan a su control. Aun así, navegar ha constituido un acto inherente al ser humano y se ha conformado como una actividad esencial en el desarrollo de toda sociedad, puesto que cualquier grupo humano que haya tenido acceso a la navegación no ha podido sustraerse de practicarla. En el mar y los ríos los diferentes pueblos han encontrado vías de comunicación y comercio, así como fuentes de alimentación y acceso a otras materias primas, pero también fronteras culturales y políticas, peligros y amenazas de todo tipo, y escenarios bélicos en los que dirimir sus contiendas. Pese a ello, el ámbito de la navegación ha sido un aspecto poco investigado por la historiografía hasta épocas muy recientes, dado que nuestros conocimientos sobre los medios de los que dispusieron los navegantes del pasado para hacerse a la mar son limitados, perspectiva que incrementa su oscuridad conforme nos retrotraemos en el tiempo a épocas en que la escritura no estaba difundida y la náutica era una disciplina sustancialmente práctica cuyos conocimientos se transmitía de forma oral, de maestro a aprendiz. En este sentido, el estudio de la navegación prehistórica es uno de los campos más descuidados dentro de la investigación de la historia náutica de la humanidad. El análisis de los desplazamientos humanos es un tema recurrente en la arqueología prehistórica, sin embargo, la mayoría de los trabajos realizados se ha centrado en intentar explicar la difusión de ciertos artefactos, materiales o rasgos culturales, investigando sus posibles puntos de origen y destino, pero sin mostrar apenas interés en los procesos desarrollados por los individuos que transportaron dichos objetos e ideas al viajar. En el caso de la Península Ibérica, el vacío investigador resulta verdaderamente significativo. Los problemas de conservación del registro arqueológico directo sobre esta actividad, la escasez de recursos a la hora de abordar su estudio, y las posturas evolutivas y difusionistas “ex oriente lux” sostenidas durante años por la historiografía tradicional a la hora de abordar la cuestión de la navegación en el mar Mediterráneo, han hecho que la perspectiva de la náutica prehistórica de la Península Ibérica haya sido tratada de una manera generalmente tangencial por la investigación, o peor aún, no haya sido tenido en cuenta. Si bien es cierto que la falta de un registro arqueológico directo nos impide visualizar con claridad las relaciones que existieron entre las comunidades prehistóricas peninsulares y el paisaje náutico de su entorno, la actividad náutica ejercida por estas sociedades ha dejado indicios indirectos incontestables. Las actividades de pesca, los testimonios de iconografía náutica presente en el arte de las sociedades prehistóricas peninsulares, o la presencia en el registro arqueológico de elementos de cultura material e inmaterial de origen exótico, son muestras de dicha actividad. Estas evidencias parecen dibujar una cartografía náutica prehistórica con unas redes desarrolladas de circulación, transporte, e intercambio de materias, productos e ideas que estimularán la temprana aparición de navegantes orientales en el Extremo Occidente, lo cual, dará pie al conocido período de colonización de las costas españolas por parte de poblaciones fenicias, así como al inicio de la Edad del Hierro con la gestación de nuevos paradigmas económicos y sociales. Por tanto, este estudio tiene el objetivo de someter a un análisis crítico toda aquella documentación, tanto directa como indirecta, que nos pueda evidenciar actividades náuticas a lo largo de la Prehistoria peninsular. La finalidad buscada es la de tratar de reconstruir la realidad náutica indígena de la Península Ibérica, desde un punto de vista no sólo técnico y tecnológico sino también social, puesto que la actividad náutica ejercida por una comunidad es el resultado del contexto cultural en el que se encuentra; y sobre la base de las evidencias recabadas, tratar de establecer una síntesis de la Prehistoria peninsular a partir de una perspectiva náutica que abarque desde los orígenes de esta actividad hasta el monopolio náutico, tanto cultural como comercial, ejercido por los colonos fenicios, y posteriormente griegos, que se asentaron durante el I milenio a. C.; proceso que supondrá la total inserción de la Península Ibérica en las corrientes económicas, ideológicas y políticas del Mediterráneo hasta un punto que derivará a posteriori en la inclusión política de Iberia en la órbita del Imperio Romano.