La convivencia escolar y su relación con el bienestar y la autoestima de los adolescentes

Resumen

El acoso escolar, incluyendo bajo dicho epígrafe tanto las agresiones físicas (bullying) como las que se realizan mediante el uso de tecnologías (cyberbullying), es una realidad demasiado expandida en las sociedades avanzadas. La adolescencia es una etapa de muchos cambios psicológicos, físicos y mentales en los sujetos, y donde se forja la identidad del futuro adulto. La autoestima y el bienestar son dos pilares básicos para que dicha identidad se moldee adecuadamente. Pero si durante este periodo se somete al adolescente a situaciones de agresión de cualquier tipo (verbal, físico, psicológico), ya sea cara a cara o mediante el uso de tecnologías, las repercusiones pueden ser múltiples y afectar especialmente en la pérdida de autoestima, en la falta de bienestar, o en el bajo rendimiento escolar. Por lo tanto, es fundamental entender las relaciones existentes entre estas variables y observar como el bienestar y la autoestima son dos de los elementos psicológicos que más se relacionan con el bullying y el cyberbullying. Con respecto de los instrumentos utilizados en la investigación, (cuestionario de autoestima de Rosenberg (1965), El SPANE de Diener (2010) y los dos cuestionarios de bullying y cyberbullying de Garaigordobil (2013)), se trabajaron en profundidad sus propiedades psicométricas con técnicas muy actuales mediante SEM y realizando una validación del SPANE para el contexto español. En cuanto a los resultados descriptivos, se observa un nivel de autoestima media-alta y mayor nivel de sentimientos positivos que negativos en el conjunto de los participantes. En relación a los niveles de acoso del total de la muestra, cabe señalar que se han observado niveles bajos tanto en situaciones de bullying como de cyberbullying y que existe una correlación positiva y significativa entre ambos tipos de acoso. Con respecto a los distintos roles en los dos tipos de acoso, los resultados muestran que el rol de observador es el más asumido por los adolescentes de los dos sexos, seguido del de víctima y por último el de agresor. Mencionar que según los baremos de la escala de Garaigordobil (2013) el 9.9% de los adolescentes presentan algún riesgo de ser víctima y el 16.2% presentan alta probabilidad de convertirse en víctima de bullying, y el 16.7% presentan algún riesgo de convertirse en víctima de cyberbullying y el 17.9% alta probabilidad de ser cibervíctima. En cuanto a correlaciones entre las variables objeto de estudio, se ha observado dos tipos de relaciones significativas: 1) una relación negativa entre autoestima y la dimensión bullying-víctima y 2) una relación positiva entre sentimientos negativos y la dimensión bullying víctima y cyberbullying observador. Con respecto a los modelos de SEM, los resultados muestran que solamente influyen la autoestima positiva y los sentimientos positivos sobre la dimensión víctima en bullying. Además, la misma dimensión víctima de bullying es la única que influye de forma significativa en las dos dimensiones del bienestar y en autoestima negativa; y de forma positiva con la autoestima positiva. Por su parte, las dimensiones de bienestar y las de autoestima se relacionan de la siguiente manera: la autoestima positiva influye positivamente en los sentimientos positivos y la autoestima negativa en los sentimientos negativos. En cambio, los sentimientos positivos influye sobre las dos dimensiones de la autoestima, positivamente con autoestima positiva y negativamente con autoestima negativa; y los sentimientos negativos solamente influyen positivamente sobre la autoestima negativa. Observamos también que el bienestar positivo junto con la dimensión bullying víctima afectan a la autoestima. Seguidamente y en relación con el rol del sexo, subrayar que los resultados muestran que las chicas tienen menores niveles de autoestima, y de bienestar subjetivo salvo en los sentimientos negativos. Con relación al acoso, los chicos muestran niveles significativamente superiores en todas las dimensiones tanto en bullying como en cyberbullying. En cuanto al riesgo de asumir alguno de los roles en situaciones de acoso según el sexo, los resultados muestran que las chicas presentan mayor riesgo de convertirse en víctima o en observadora en bullying y cyberbullying, pero son los chicos los que presentan una alta probabilidad de convertirse en cualquiera de los tres roles en los dos tipos de acoso. Para terminar, los resultados indican que el sexo tiene un efecto moderador en la influencia que tiene la autoestima positiva sobre los sentimientos positivos y en la influencia de la autoestima negativa sobre los sentimientos negativos. En este sentido, se observa como los sentimientos negativos son más importantes para los chicos que para las chicas.