El lugar del examen en la EscuelaEstudio desde el campo de la Enseñanza de las Ciencias Sociales
- Pérez-Guerrero, Vicente
- Francisco Javier Merchán Iglesias Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Sevilla
Fecha de defensa: 29 de enero de 2016
- Francisco F. García-Pérez Presidente/a
- José A. Pineda-Alfonso Secretario/a
- Xosé Manuel Souto González Vocal
- Jesús Romero Morante Vocal
- Enrique Martín Criado Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El principal objetivo de las tesis que nos ocupa es dar cuenta del papel que el examen representa en la escuela y, más en concreto, en las clases de sociales, geografía e historia de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria). Desde una perspectiva integradora nos interesamos por saber también la función que ha venido desempeñando desde la guerra civil hasta hoy en el currículum y la práctica escolar. Esta doble dimensión, histórica (diacrónica) y funcional (sincrónica), nos permite conocer sus cambios y continuidades. A su vez, dar con las razones de sus permanencias podría servir para localizar los obstáculos que dificultan el cambio en educación. Para la compresión de la actividad pedagógica examinadora, nos dotamos de un concepto que hemos dado en llamar la “práctica escolar examinatoria”. El concepto es construido a partir de los problemas que, en nuestra opinión, concurren en torno al examen, pero también del diálogo critico mantenido con otras investigaciones que, directa o indirectamente, ya han abordado el asunto. El desarrollo de ambas cuestiones nos ocupa la primera parte del trabajo. En la segunda, a partir del estudio de una selección de autobiografías y entrevistas a profesores, tratamos de evaluar las posibilidades heurísticas del concepto. Finalmente, los datos producidos serán examinados críticamente, de modo que la investigación pueda arrojar alguna luz sobre el modo en que el examen interviene en la práctica de la profesión docente. El trabajo no es prescribir lo que pretende sino que una vez descritas las consecuencias del hacer (si se hace tal cosa, puede ocurrir tal otra), trata de orientar las respuestas a algunos de los siguientes interrogantes. ¿Qué papel juegan el examen y la evaluación tradicional como factor limitante del cambio en educación?, ¿cómo podríamos influir y/o introducir cambios pedagógicos para dar con una evaluación más formativa, menos selectiva?, ¿podemos realmente convertir la evaluación en instrumento de aprendizaje formativo, individual y colectivo?, ¿puede el examen, con todos los elementos y razones que lo han definido y regulado, subsistir con un entendimiento “distinto” de la evaluación?, ¿se debe cambiar la evaluación para cambiar la pedagogía?, ¿puede, en definitiva, postularse una escuela (estructurada en grados y vertical, capitalista y obligatoria) sin exámenes de promoción? Asimismo, nuestra aspiración acaba en la invitación a pensar sobre el importante papel que la práctica evaluadora desempeña en la legitimación y fabricación de subjetividades. Todo lo más sugiere la conveniencia de participar en la complejidad del juego de tensiones que se operan en el campo de la educación, considerando que uno de los obstáculos más obstinados a cualquier cambio educativo en profundidad empieza por la desnaturalización del examen escolar y termina por la impugnación de los usos y abusos que de la evaluación se hace.