Participación ciudadana en la era digitalposibilidades y riesgos

  1. Castellanos Claramunt, Jorge
Dirigida por:
  1. Encarnación Fernández Ruiz-Gálvez Directora
  2. Jesús Ballesteros Llompart Codirector

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 19 de septiembre de 2019

Tribunal:
  1. Vicente Bellver Capella Presidente
  2. Marta María Albert Márquez Secretario/a
  3. Claudio Sartea Vocal
Departamento:
  1. FIL.DRET MORAL

Tipo: Tesis

Resumen

La participación ciudadana es la piedra angular de la democracia. Sin una ciudadanía que participe en los asuntos públicos la democracia se va desintegrando progresivamente. Pero hay que huir de la participación ciudadana sin más, como fin en sí misma. La participación ciudadana relevante, la que potencia y dinamiza los sistemas democráticos, es la participación ciudadana responsable, aquella que se fundamenta en procesos de información y deliberación que permiten una reflexión pausada sobre los elementos a valorar para intervenir o propiciar decisiones públicas que favorezcan a la ciudadanía en su conjunto. Y el ámbito privilegiado en el que desarrollar esta participación es el escenario local. La proximidad e influencia de los ciudadanos en su entorno político más próximo determina una posición política real y efectiva, pero que corre el riesgo de diluirse cuanto más lejanas sean las instituciones en las que se ejerce la representación política. Por eso desde un entorno local se puede fomentar y revitalizar a los sistemas democráticos que se ven afectados por cuestiones como la corrupción, la apatía política y la irrupción de los populismos. Elementos como el buen gobierno, el gobierno abierto y, en general, las políticas de transparencia y rendición de cuentas generan un caldo de cultivo propicio para que la participación florezca y se extienda por escenarios locales de participación. De ahí que la representación política y la participación ciudadana deban ir de la mano para la mejora democrática. Fenómenos como la posverdad y la irrupción de las nuevas tecnologías, con los elementos positivos y negativos que conllevan, implican nuevas complicaciones para el progreso democrático, así como la necesaria adaptación a las realidades actuales en las que las sociedades distan mucho de ser homogéneas y en las que el movimiento de la ciudadanía es permanente. Por eso generar ámbitos participativos en los entornos locales resulta fundamental para instaurar modelos democráticos consistentes que resistan la permanente movilidad e integración de la ciudadanía. Son importantes los mecanismos participativos, así como legislar en todos los estratos posibles normas que potencien y favorezcan la participación ciudadana, pero la clave de la cuestión es formar escenarios participativos locales, para lo cual es fundamental desarrollar el tejido asociativo y, por supuesto, la educación. Las próximas generaciones deben crecer en entornos democráticos en los que la participación sea la norma y no la excepción, por lo que la mejora democrática debe partir de las instituciones locales.