La filosofía de la educación de Ortega y Gassetuna mirada actual
- HIDALGO ESTEBAN, RAQUEL
- Vicent Gozálvez Pérez Director
- Juan Escámez Sánchez Codirector/a
Universidad de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 06 de julio de 2011
- Rafaela García López Presidenta
- Auxiliadora Sales Ciges Secretario/a
- Jesús Marcial Conill Sancho Vocal
- Gonzalo Jover Olmeda Vocal
- Miquel Martínez Martín Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El mundo de la educación tiene una deuda pendiente con Ortega y Gasset por ser uno de nuestros grandes clásicos y haber ejercido una labor pedagógica extraordinaria sobre la sociedad española. Ante la inexistencia de investigaciones educativas que analicen su pensamiento pedagógico surge este trabajo. El objetivo principal de la tesis es demostrar la vigencia de la filosofía de la educación orteguiana en las concepciones educativas actuales. Así, siguiendo una metodología hermenéutica-crítica, analizamos el pensamiento pedagógico de Ortega que evoluciona, al igual que su vida y su trayectoria intelectual, al hilo de las circunstancias. Durante la primera etapa, situada entre 1902 y 1914, las condiciones sociales e históricas hacen que su visión pedagógica se centre en la Pedagogía Social, necesaria para transformar la realidad sociocultural española. Podemos establecer un paralelismo entre esta Pedagogía Social y la actual Educación para la ciudadanía. Ambas se ocupan de las relaciones entre el individuo y su comunidad y consideran la educación como factor de desarrollo y progreso social. Entre 1914 y 1923 la Pedagogía Social es sustituida por la Pedagogía Vitalista y la cultura por la vida. Ortega parte de una concepción científica del sujeto para defender la necesidad de cultivar los sentimientos en la educación y educar la infancia siguiendo un criterio de puerilidad, tratando a los niños como tales y rodeándoles de un ambiente afectivo que lleve su vitalidad primigenia a la plenitud. Ortega, a través de su Pedagogía Vitalista anticipaba la importancia de la educación afectiva como base para un adecuado desarrollo posterior en todos los órdenes. En la tercera etapa, de 1923 a 1955, encontramos la Pedagogía de Madurez en la que Ortega analiza el sentido y la misión de la Universidad de su época. Su plan universitario, pese a ser propuesto en unas circunstancias totalmente diferentes a las actuales, se muestra extraordinariamente aplicable a nuestra realidad, pudiendo ser un importante referente en el camino que, aún hoy, puede recorrer la Universidad del siglo XXI. En definitiva, las ideas pedagógicas de Ortega son ideas profundamente vivas que insisten en concebir la educación como el mejor proyecto para humanizar nuestro mundo. En su particular pugna con las circunstancias volvía la mirada a la educación depositando en ella todas las esperanzas para mejorar la realidad social y para que el hombre fuera capaz de llegar a serlo en plenitud.