Imagen del prelado don Juan de Ribera. Estudio iconográfico

  1. Rivera Torres, Raquel
Dirigida por:
  1. Rafael García Mahiques Director

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 15 de julio de 2015

Tribunal:
  1. Miguel Navarro Sorní Presidente/a
  2. Magdalena de Lapuerta Montoya Secretario/a
  3. Alessandro Rovetta Vocal
Departamento:
  1. Història de l'Art

Tipo: Tesis

Resumen

Don Juan de Ribera es, sin lugar a dudas, una de las figuras más relevantes de la historia de Valencia desde el punto de vista religioso, político, social y cultural. Nació en Sevilla en 1532. Su padre, don Pedro Afán Enríquez de Ribera, pertenecía a uno de los linajes más prestigiosos de la península, estrechamente vinculado a la Corona. Con tan sólo diez años fue enviado a estudiar a la Universidad de Salamanca, en un periodo que coincidía con la puesta en marcha del Concilio de Trento y allí se dieron cita maestros de gran talla intelectual y espiritual que influyeron decisivamente sobre el joven. Gracias al amparo del monarca Felipe II, del Sumo Pontífice Pío V y de su padre realizó una carrera eclesiástica fulgurante, llegando a asumir el episcopado de Badajoz en 1562 y, posteriormente, la sede vacante de Valencia. Durante los cuarenta y dos años de su pontificado valentino tuvo que hacer frente a graves cuestiones como la reforma protestante, el bandolerismo o el delicado problema de los moriscos. Siempre veló de manera especial por la formación del clero ya que consideraba que era esencial para el cuidado de las almas que se le había encomendado. Con este propósito fundó el Real Colegio Seminario de Corpus Christi, institución dedicada al culto a la Eucaristía y a la formación de futuros sacerdotes. Su talante ecléctico permitió que durante su episcopado se lograse mantener un equilibrio que se rompería en pedazos después de su fallecimiento en 1611, por la convulsión social desatada por el intento de beatificación del Pare Simó. Su figura ha llegado hasta nosotros no sólo gracias a las numerosas obras que se han publicado sobre él, sino también a través de múltiples manifestaciones artísticas que, con mayor o menor destreza, han logrado mostrar durante siglos su fisonomía. El objetivo fundamental de este estudio es conocer las diversas formas de representación del prelado don Juan de Ribera, desde las que lo muestran como obispo de Badajoz, ejecutadas por el pintor Luis de Morales, hasta aquellas que ayudaron a difundir su efigie después de su proclamación como santo en 1960. Se trata, por tanto, de una investigación que abarca un largo periodo de tiempo, desde 1564 hasta finales del siglo XX, abordada desde la metodología de la Iconología, la cual parte de las obras de arte como objetos de estudio dirigiendo sus consideraciones hacia la Historia de la Cultura. El análisis de dichas obras no se ha reducido a una mera descripción formal, sino que se ha procurado incidir fundamentalmente en los aspectos visuales de manera que fuese posible una aproximación a su significado de la mano de fuentes literarias, históricas y teológicas. Para ello, se ha llevado a cabo una recopilación y clasificación de las representaciones más significativas de Juan de Ribera haciéndose hincapié en los tipos iconográficos más relevantes. En el desarrollo del trabajo se ha integrado el análisis de las piezas artísticas junto con datos biográficos del personaje, realizándose un discurso diacrónico en el que se ha estudiado la evolución que a lo largo del tiempo ha sufrido su imagen.