Estrés oxidativo en la hipoxia/re-oxigenación de la transición fetal – neonatalreanimación del recién nacido prematuro con concentraciones bajas de oxígeno
- Escrig Fernández, R.
- Máximo Vento Director/a
- Juan Sastre Belloch Director
Universidad de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 26 de junio de 2012
- José Viña Ribes Presidente
- Justo Javier Escobar Cubiella Secretario/a
- José Figueras Aloy Vocal
- Adelina Pellicer Martínez Vocal
- Carmen Rosa Pallás Alonso Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La transición de la vida fetal a la neonatal es un momento muy importante en el que se producen grandes cambios fisiológicos rápidos y complejos. Supone un rápido incremento en la presión parcial de O2 (PaO2). Esta “hiperoxia relativa” fisiológica, da lugar a un aumento en la producción de radicales libres. El feto, se prepara para esta transición aumentado la producción de sustancias antioxidantes durante las últimas semanas de gestación. A pesar de esto, existe un ligero disbalance a favor de la producción de radicales libres. Esta situación da lugar a un estado pro-oxidante que es beneficioso para el recién nacido porque contribuye a la activación de numerosas vías metabólicas necesarias para la adaptación a la vida extrauterina. Sin embargo, en condiciones patológicas este estado pro-oxidante aumentará dando lugar a un estrés oxidativo que producirá daño tisular. La concentración óptima de oxígeno durante la reanimación, está actualmente en debate. Tradicionalmente las recomendaciones incluían la utilización de oxígeno al 100%. En la actualidad existen numerosos estudios que demuestran que la reanimación con altas concentraciones de O2 puede causar efectos adversos que derivan entre otros del daño tisular producido por la formación de radicales libres y que la utilización de concentraciones más bajas de O2 e incluso aire ambiente pueden ser igual de eficaces. Por tanto en las últimas recomendaciones del año 2010 sobre reanimación neonatal se aconseja que en recién nacidos a término que precisen reanimación después del nacimiento con presión positiva en la vía aérea es mejor comenzar con aire en vez de oxígeno al 100%. En cuanto a la reanimación del recién nacido extremadamente prematuro existe poca evidencia científica en la literatura médica en relación con la administración de O2 durante la reanimación. Sabemos que los recién nacidos prematuros tienen dificultades para adaptarse a esta transición y a menudo necesitan asistencia ventilatoria y O2 suplementario para lograrlo. Sin embargo, estas maniobras pueden producir daño pulmonar, siendo la exposición al O2 un componente significativo de su patogénesis. En el año 2006 el ILCOR, a la vista de los resultados de los estudios que comparan aire ambiente con oxígeno nos dice que “hay insuficiente información para recomendar o contraindicar una concentración específica de oxígeno durante la reanimación” del recién nacido extremadamente prematuro. Los objetivos de la tesis son: • Demostrar que el estrés oxidativo generado durante la re-oxigenación en un modelo experimental en animales recién nacidos podría estar en relación directa con la concentración de oxígeno utilizado en la reanimación. • Demostrar la fiabilidad de biomarcadores de estrés oxidativo de carácter no invasivo que podrían utilizarse para monitorizar la evolución del estado oxidativo en el período neonatal. • Demostrar que el uso de fracciones inspiratorias de oxígeno iniciales bajas (? 0.3) podrían ser seguras y eficaces en la reanimación de recién nacidos extremadamente prematuros (< 28 semanas de gestación). • Demostrar que el ajuste individualizado de la fracción inspiratoria de oxígeno basado en la frecuencia cardiaca y la lectura de la saturación de oxígeno en sangre arterial medida por oximetría de pulso en recién nacidos extremadamente prematuros (<28 semanas de gestación) puede ser clínicamente eficaz y reduciría el estrés oxidativo. Los resultados obtenido confirman que el uso de concentraciones elevadas de oxígeno durante la reanimación aumentan el estrés oxidativo derivado del ataque por radicales hidroxilo y que este incremento es dependiente de la concentración de oxígeno suministrada al recién nacido lo que apoya nuestra hipótesis de que el uso inicial de una concentración de oxígeno del 100% o incluso 40 y 60%, para la reanimación tras la hipoxia es potencialmente dañino comparado con aire ambiente. La reanimación de los recién nacidos extremadamente prematuros (<28 semanas de gestación) es segura con una fracción inspiratoria de oxígeno inicial de 30% que debe ser ajustada de forma individualizada de acuerdo con la lectura del pulsioxímetro siempre y cuando se mantenga una frecuencia cardiaca estable. Además, la utilización de fracciones inspiratorias de oxígeno menores reduce la carga de oxígeno y, por lo tanto, sus consecuencias negativas en forma de estrés oxidativo.