Cáncer y fallo ovárico precozaspectos psicosociales. Estudio longitudinal en mujeres jóvenes que criopreservan su tejido ovárico

  1. Sáez Mansilla, Cristina
Dirigida por:
  1. Estrella Durá Ferrandis Directora
  2. Antonio Pellicer Martínez Director
  3. M. Cruz Sánchez Serrano Director/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 24 de julio de 2014

Tribunal:
  1. Amparo Belloch Fuster Presidenta
  2. Carmen Moreno Rosset Secretario/a
  3. Juan Antonio García Velasco Vocal
Departamento:
  1. PERS.AVAL.T.P

Tipo: Tesis

Teseo: 367792 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

El cáncer afecta cada vez a gente más joven, que todavía se encuentra en edad reproductiva. De hecho, aproximadamente el 9.5% del total de los pacientes que padecen cáncer está por debajo de los 45 años (Altekruse et al., 2010) y se prevé que el 2.4% de mujeres y el 1.5% de hombres de Estados Unidos desarrollará un cáncer aproximadamente a los 40 años de edad (SEER, 2009). Al mismo tiempo, los avances en los tratamientos contra el cáncer han ocasionado una mejora en las tasas de supervivencia de las pacientes jóvenes. Así pues, el aumento en la incidencia del cáncer y los avances en las estrategias terapéuticas frente al mismo, han provocado que el número de adultos con una historia de cáncer vaya aumentando, tanto en Estados Unidos como en Europa. Sin embargo estos tratamientos suelen presentar efectos secundarios importantes tanto agudos como crónicos. Uno de estos efectos secundarios frecuentes es la afectación de la función reproductiva. Este hecho, unido al retraso en la edad en la que las mujeres deciden ser madres conlleva que una proporción importante de supervivientes de cáncer en edad reproductiva no tenga hijos y desee tenerlos, pero llegado el momento de intentarlo pueda enfrentarse ante serias dificultades para conseguir una gestación evolutiva. Este fenómeno podría percibirse como una pérdida de control sobre sus propias vidas y conllevar importantes repercusiones psicológicas (Cousineau y Domar, 2007; Wenzel et al. 2005). Pese a que nos encontramos ante un área de estudio relativamente reciente, existen ya algunas publicaciones centradas en esta temática en concreto. Algunos de los resultados encontrados nos indican que la pérdida de fertilidad en pacientes de cáncer afecta a nivel emocional, suscitando tanto sentimientos negativos como tristeza o enfado (Carter et al. 2005; Green, Galván y Horne, 2003; Penrose et al., 2012), como a nivel más clínico, presentado distrés o sintomatología depresiva (Canada y Schover, 2012; Carter et al., 2010; Dieluweit et al. 2010; Penrose et al. 2011; Wenzel et al. 2005). Estas reacciones iniciales pueden llegar a intensificarse con el paso del tiempo (Carter et al. 2005). En este sentido, se señala que aproximadamente el 70% de los pacientes jóvenes de cáncer manifiesta que los problemas reproductivos figuran entre una de sus principales preocupaciones (Mosher et al. 2010; Partridge et al., 2004; Penrose et al., 2011). Por otro lado, debido a las consecuencias de los tratamientos anticancerígenos en la función reproductiva, se han desarrollado una serie de estrategias con la finalidad de preservar la función reproductiva en la mujer, tanto de forma preventiva como terapéutica. Sin embargo, han sido poco estudiadas desde una perspectiva psicológica y sería necesario considerarlas a la hora de analizar las variables psicosociales implicadas en las situaciones de infertilidad asociadas al cáncer. El objetivo principal del presente estudio es analizar las repercusiones psicosociales que ocasiona, en mujeres jóvenes con cáncer, la posible afectación de su fertilidad a consecuencia del Fallo Ovárico Precoz (FOP) provocado por el tratamiento contra su enfermedad, al mismo tiempo que analizar sus actitudes ante la intervención de extracción y criopreservación de tejido ovárico a la que se someten para preservar su fertilidad. Basándonos en los estudios publicados acerca de esta temática, nos planteamos como objetivos específicos a investigar los siguientes: 1) Analizar la información que han recibido acerca de los efectos que puede ocasionarles el tratamiento de su enfermedad sobre su capacidad reproductiva, la importancia que le conceden a esta cuestión, los deseos y actitudes ante la maternidad, y la motivación y actitudes ante la intervención de extracción y criopreservación de tejido ovárico a la que se someten con el fin de preservar su fertilidad. Todo ello en el momento en el que se someten a la intervención de extracción de tejido ovárico y pasado un mínimo de dos años desde ese momento. 2) Evaluar diversas variables psicológicas de relevancia en este contexto y las relaciones entre ellas. Concretamente nos planteamos, por un lado, evaluar el nivel de distrés general y específico (sintomatología de estrés postraumático) que presentan las pacientes, y por otro, la relación del mismo con las estrategias de afrontamiento que adoptan ante la posibilidad de padecer problemas de fertilidad a raíz de tratamiento de cáncer y el apoyo social que reciben de su entorno. Todo ello se evalúa en tres momentos distintos: (i) cuando reciben la información sobre la posible afectación de su capacidad reproductiva y deciden preservar su fertilidad, (ii)) transcurridos aproximadamente dos meses y (iii) transcurrido un mínimo de 2 años tras haberse sometido a la técnica de extracción y criopreservación de tejido ovárico, una vez finalizado su tratamiento de quimioterapia y/o radioterapia. En la primera fase del estudio se evalúa a 116 mujeres entre 18 y 40 años recién diagnosticadas de cáncer que acuden al Hospital Universitario Dr. Peset o al Hospital Universitario y Politécnico La Fe, ambos de Valencia, para someterse a la intervención de extracción y criopreservación de tejido ovárico. Se les administraron los siguientes instrumentos: (i) una entrevista semi-estructurada elaborada específicamente para este estudio a partir de la utilizada por Shover (1999) y que incluye diversas secciones relacionadas con la información recibida sobre la posible pérdida de la fertilidad, la técnica de CTO, actitudes al respecto, y actitudes ante la maternidad; (ii) BSI-18 (Derogatis, 2001) que evalúa distrés emocional general incluyendo tres subescalas específicas de Ansiedad, Depresión y Somatización; (iii) IES-R (Weiss & Marmar, 1997) que evalúa síntomas característicos del Trastorno de Estrés Postraumático y junto a la puntuación total presenta tres subescalas: intrusión, hiperactivación y evitación; (iv) EMASP (Landeta y Calvete, 2002) que evalúa los niveles de apoyo social que perciben las personas en relación con tres fuentes del mismo como son: la familia, los amigos y las personas relevantes; (v) COPE (Carver, Séller, y Weintraub, 1989) que evalúa el grado en que se utilizan ciertas estrategias de afrontamiento. En la segunda fase del estudio participaron 50 mujeres de las que habían participado también en el primer pase. Dicha evaluación tuvo lugar transcurridos aproximadamente 2 meses desde el primer pase. Cumplimentaron nuevamente los instrumentos: IES-R, BSI-18, COPE y EMASP. En esta fase, los instrumentos están referenciados a la situación clínica en la que se encuentran las pacientes; es decir, deben ser cumplimentarlos pensando en la enfermedad que se les ha diagnosticado y el tratamiento oncológico que están recibiendo. La tercera fase del estudio se llevó a cabo pasados un mínimo de dos años desde la primera participación, y se evaluó a 54 mujeres que, habiendo participado en las dos fases anteriores del estudio, ya habían concluido sus tratamientos de quimioterapia y/o radioterapia. Se les administró una entrevista elaborada específicamente para esta fase del estudio y algunos de los instrumentos utilizados también en las fases previas, en concreto, BSI-18, COPE y EMASP. Se realizaron análisis tanto descriptivos como inferenciales de las variables evaluadas. Los primeros permitieron describir la muestra y determinar los niveles absolutos iniciales de las variables y, los segundos, alcanzar los objetivos planteados en el estudio. En concreto, se realizarán pruebas t, Anovas y Manovas para determinar los cambios significativos de las variables a lo largo de los tres momentos de evaluación. Por otro lado, se aplicarán, tanto Análisis de Regresión como Modelos de Ecuaciones Estructurales para determinar las relaciones entre las variables. Los análisis estadísticos se llevan a cabo mediante los paquetes estadísticos SPSS 20.0 y QS 6.1. En base a los resultados hallados en nuestro estudio, podemos concluir que: 1- La afectación de la capacidad reproductiva preocupa a mujeres jóvenes diagnosticadas de cáncer, y dicha preocupación persiste a largo plazo (transcurrido una media de 26.76 meses), a pesar de haberse sometido a una técnica de preservación de la fertilidad. 2- Sin embargo, el nivel de distrés emocional que experimentan, cuando se evalúa a través de instrumentos estandarizados y diseñados para ser utilizados tanto en población general como clínica, no alcanza niveles clínicamente significativos en la mayoría de los casos. 3- Además, el nivel de distrés emocional que experimentan ante el diagnóstico y tratamiento del cáncer es mayor que el que manifiestan ante la posible pérdida de fertilidad derivada de la enfermedad. 4- La criopreservación de tejido ovárico contribuye a aliviar la preocupación que manifiestan ante la posible pérdida de fertilidad y tiene efectos positivos en las actitudes de las pacientes ante la enfermedad. 5- En general, las pacientes de cáncer jóvenes que se someten a criopreservación de tejido ovárico se sienten satisfechas con la decisión de haber preservado su fertilidad. 6- El deseo de ser madre es elevado entre estas pacientes de cáncer que preservan su fertilidad. 7- Existen ciertas inquietudes entre las supervivientes de cáncer al plantearse la maternidad, fundamentalmente por las posibles dificultades para quedar embarazadas, y las repercusiones de un embarazo sobre su salud y la salud de sus hijos. 8- El nivel de distrés emocional que se manifiesta al conocer la posible pérdida de fertilidad determina el nivel distrés que se manifestará a largo plazo, en concreto, más de dos años después del diagnóstico de la enfermedad. 9- Las estrategias de afrontamiento que se emplean en un primer momento, al conocerse la posible pérdida de fertilidad, determinan el tipo de estrategias que se seguirán utilizando para afrontar dicho problema a largo plazo. Por tanto, es importante ofrecer asistencia psicológica a quienes reaccionen de manera desadaptativa al conocer su posible pérdida de fertilidad, dado que va a ser un factor que determine su bienestar futuro. 10- Pon aquí qué estrategias de afrontamiento están asociadas a menor distrés y cuáles a mayor distrés. 11- Las características específicas de nuestra muestra (nivel socio-cultural alto y haber preservado la fertilidad), pueden estar contribuyendo a que manifiesten bajos niveles de distrés emocional ante la posible alteración de la fertilidad a corto y a largo plazo. 12- Las estrategias de afrontamiento empleadas (activas y centradas en el problema en la mayoría de los casos), y el elevado apoyo social percibido por las pacientes de nuestro estudio contribuyen también al escaso nivel de distrés emocional manifestado en los tres momentos de evaluación.