Mejora humana y dopaje en la actual filosofía del deporte

  1. López Frías, Francisco Javier
Dirigida por:
  1. Jesús Marcial Conill Sancho Director

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 04 de junio de 2014

Tribunal:
  1. Adela Cortina Orts Presidenta
  2. José Luis Pérez Triviño Secretario/a
  3. Emanuele Isidori Vocal
Departamento:
  1. Filosofia del Dret, Moral i Política

Tipo: Tesis

Resumen

Esta tesis parte del hecho de que resulta esencial realizar una reflexión crítica sobre el deporte. Éste no sólo ejemplifica algunas de las características y capacidades que consideramos como más propiamente humanas, sino que los seres humanos que nos vemos relacionados con el deporte nos hacemos a través de él. Esto ha sido una constante a lo largo de la Historia. No hay más que ver que todas las civilizaciones anteriores a la nuestra han tenido una actividad deportiva que ha resultado central para comprender el funcionamiento de su sociedad. Una práctica deportiva más crítica y mejor, conduciría a una sociedad mejor. Principalmente, porque la tarea ética de lograr un mundo más ético no la llevan a cabo ciertas personas o grupos de forma exclusiva, sino que la realizamos todos y cada uno de nosotros desde nuestras actividades y roles sociales. Un mundo más ético solo es posible si logramos mejores actividades sociales y mejores ciudadanos. Partiendo del hecho de que esta reflexión crítica sobre el deporte es necesaria, esta tesis se propone desarrollarla a través del análisis del dopaje. Esta elección no sólo se basó en la popularidad y actualidad que el dopaje tiene tanto en el deporte, como en los debates en torno a él, sino también porque permite ligar la filosofía del deporte a la bioética a través del problema de la mejora humana ("human enhancement"). Éste es uno de los debates más importantes dentro de la bioética actual, y, según la propuesta de esta tesis, se concibe como el problema relativo al uso de las biotecnologías para llevar más allá de sí nuestra naturaleza humana. Entiendo por biotecnologías la aplicación de los conocimientos de la genética, la nano-robótica, la neurociencia, y la biomedicina con el fin de modificar el cuerpo humano. Esta tesis se plantea tres objetivos principales: a) Iniciar un debate filosófico en lengua castellana en torno al deporte dentro de la Academia. b) Desde la ética, dar una respuesta al intento de aplicar la biotecnología a nuestra sociedad, en general, y el deporte en particular. c) Criticar la posición de las asociaciones encargadas de la lucha anti-dopaje, que, como se trata de mostrar en la tesis, se dejan llevar por prejuicios y concepciones del deporte que no han sido críticamente analizados. Para llevar a cabo esta tarea, hago uso de una metodología dialógica. Con ello me refiero, primero, a que, por un lado, elaboro un trabajo interdisciplinar, por el que pongo a diversas disciplinar a dialogar entre sí. Por ejemplo, la filosofía del deporte y la bioética. En segundo lugar, no trato de adherirme a ninguna de las posiciones que existe en este debate, por ejemplo, transhumanistas y bioconservadores, sino que busco encontrar un camino intermedio, reconociendo que todas y cada una de las partes del debate tiene algo importante que decir al respecto. Rechazo con ello tanto las enmiendas a la totalidad como las aceptaciones acríticas. La estructura de la tesis es la siguiente. La sección primera está dedicada a, primero, realizar un recorrido por el surgimiento de la filosofía del deporte actual para mostrar que el paradigma actual que la gobierna es aquel que denomino como ¿internalista¿. Este paradigma defiende que todo análisis del deporte debe realizarse a partir de la compresión de los elementos intrínsecos que componen el deporte. Por ejemplo, en el S. XIX, el deporte estaba organizado según el ideal del amateurismo. Parece comúnmente aceptado que el principio normativo que rige el deporte en la actualidad, según la propuesta internalista, es el de concebirlo como una ¿lucha por lograr la excelencia física¿. Esta propuesta se contrapone a la de aquellos autores que son denominados como ¿externalistas¿ para los cuales la naturaleza del deporte viene determinada por ciertas prácticas sociales que están más allá de él, por ejemplo, la economía. Para criticar este paradigma, personifico el internalismo en la figura de William J. Morgan y defiendo que un verdadero análisis del deporte ha de tener en cuenta ambos polos: tanto el ¿interno¿, como el ¿externo¿. A fin de cuentas, nuestro deporte actual es un deporte profesionalizado y globalizado en el que las influencias que otras actividades sociales tienen sobre él no deben ser desdeñadas. Lo importante de este paradigma internalista es que resulta ser aquel desde el que se piensa y actua contra el problema del dopaje de un modo institucional. La Agencia Mundial Anti-Dopaje (AMA) defiende su concepción del deporte a capa y espada, a expensas de muchas cuestiones relativas, por ejemplo, a la autonomía o inviolabilidad de los competidores. La segunda sección trata de analizar y criticar más en detalle el momento internalista en que se encuentra la discusión en torno al dopaje. Tras mostrar cómo ha evolucionado el dopaje, la lucha contra él, y los argumentos referidos a su prohibición, muestra que el paradigma internalista es especialmente vulnerable a la hora de enfrentarnos a los nuevos métodos de dopaje que están por venir. A saber, el dopaje biotecnológico, el cual puede conducir a la creación de ciborgs, semidioses, y seres híbridos. Todos ellos serían seres que supondrían una alteración radical de nuestra naturaleza humana. Aquí es cuando toma una relevancia esencial el debate en torno a la mejora humana. Por ello, dedico la sección tercera a analizar esta cuestión, tratando de encontrar un modo de delimitar aquellas intervenciones biotecnológicas de nuestra naturaleza humana que deben ser aceptables de aquellas que no. Para ello, muestro que consideraré como intervenciones rechazables aquellas que alteren el núcleo básico sobre el que se produce nuestro reconocimiento como sujetos merecedores de una dignidad, a saber, nuestras capacidades comunicativas, a través de las cuales no sólo nos comunicamos con los otros, sino que nos convertimos en individuos autónomos capaces de darnos unos objetivos, planes de vida, y de autorreconocernos como merecedores de esa misma dignidad que pedimos al resto que nos reconozcan. Como conclusión, tratando de revisar el paradigma internalista que reina en la filosofía del deporte, afirmo que este principio que pertenece a la naturaleza del ser humano como tal, y no al deporte (de modo intrínseco) debe utilizarse en los debates filosóficos en torno al dopaje en conjunción con otros dos principios más: a) que se persiga el consenso de todos los afectados, y b) que nos aseguremos que aquellos que entran a participar a una práctica deportiva están jugando a lo mismo, es decir, que respetan el núcleo propio de normas y actitudes que dan sentido a dicha práctica deportiva.