Studies on metazoan parasites of two marine fish species of interest for aquacultureSeriola dumerili and Sparus aurata

  1. Repullés Albelda, Aigües
Dirigida por:
  1. Francisco Esteban Montero Royo Director
  2. Juan Antonio Raga Director

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 13 de junio de 2013

Tribunal:
  1. María Amalia Grau Jofre Presidente/a
  2. Juan Antonio Balbuena Secretario
  3. Paolo Merella Vocal
Departamento:
  1. ZOOLOGIA

Tipo: Tesis

Resumen

0.1. Introducción general La acuicultura ha experimentado un importante aumento durante los últimos 50 años, resultado del incremento global de población y la creciente demanda de proteínas de alta calidad. En los últimos 40 años, la proporción de reservas pesqueras moderadamente explotadas ha descendido progresivamente hasta estabilizarse en el 15% y en la actualidad, la mayoría de los stocks pesqueros están sobreexplotados y (FAO, 2010). Más de la mitad de los productos acuáticos provienen de granjas, siendo los peces de agua dulce los animales más cultivados seguidos por los moluscos, los crustáceos, los peces diádromos y los peces marinos (FAO, 2010). España es el país con mayor producción acuícola de la Unión Europea seguido por Francia y el Reino Unido. Sin embargo, durante los últimos 10 años, el crecimiento del sector acuícola se ha ralentizado en estos tres países (FAO, 2010; APROMAR, 2011). Las nuevas especies para la acuicultura se seleccionan de acuerdo con su potencial económico y biológico. Un alto valor de mercado, un rápido crecimiento, una fácil adaptación a las condiciones de cautividad o un ciclo de vida sencillo (y fácilmente controlable en cultivo) son características indispensables para la selección de una especie nueva. Posteriormente, el control de los patógenos potenciales que afectan a las especies seleccionadas se convierte también en un elemento crucial para el mantenimiento de la producción (Ogawa, 2005). La presente tesis reúne diferentes estudios sobre la fauna parasitaria de dos especies de peces marinos de gran interés en acuicultura: la serviola, Seriola dumerili, y la dorada, Sparus aurata. Ambas especies presentan condiciones óptimas para su cultivo, aunque sólo la dorada se produce de manera intensiva en la región mediterránea. Habitualmente, la domesticación de nuevas especies (como la serviola en el Mediterráneo) requiere una primera etapa de investigación y cultivo experimental en la que el estudio de los patógenos que las afectan es de vital importancia. Posteriormente, cuando el cultivo está más establecido en una determinada región (como en el caso de la dorada) el objetivo principal del estudio es eliminar o paliar los efectos de las especies patógenas que provocan las mayores pérdidas económicas. 0.1.1. Especies hospedadoras La serviola es una especie de distribución circumglobal que se encuentra en aguas tropicales o templadas entre 45°N-28°S y 180°W-180°E. A pesar de ser la especie del género Seriola predominante en el mar Mediterráneo (Smith-Vaniz, 1986), existen otras especies como S. carpenteri, S. rivoliana y S. fasciata que también han sido citadas esporádicamente en esta región (Deidun et al., 2011; Froese y Pauly, 2011). Los individuos de esta especie cambian de hábitat durante el crecimiento, de epibentónico a pelágico (Smith-Vaniz, 1986; Froese y Pauly, 2011). Los juveniles forman bancos y se distribuyen en aguas costeras o bien permanecen asociados a objetos flotantes en mar abierto (Massutí et al., 1999; Riera et al., 1999). Cuando los especímenes crecen, se vuelven migratorios, los grupos se reducen y algunos individuos viven en solitario (Dempster, 2005). La dorada presenta una distribución principalmente mediterránea aunque también se ha citado en las islas Británicas, islas Canarias, el estrecho de Gibraltar y el mar Negro (Bauchot y Hureau, 1986). Se trata de una especie epibentónica litoral que habita fondos de posidonia y arenosos. Los individuos de esta especie son sedentarios y viven en solitario o formando pequeños grupos. 0.1.2. Enfermedades de S. dumerili y S. aurata Las patologías que afectan a la serviola de modo más significativo en condiciones de cultivo son causadas por bacterias de los géneros Vibrio y Streptococcus, así como por la especie Photobacterium damselae (Alcaide et al., 2000; Leong y Colorni, 2002). Por otra parte, el ciliado inespecífico Cryptocaryon irritans (Ciliophora), afecta principalmente a las serviolas cultivadas en tanques (Rigos et al., 2001; Leong y Colorni, 2002; De la Gándara et al., 2004). En el caso de la dorada, el patógeno bacteriano que provoca los efectos más graves en cultivo es también la bacteria Photobacterium damselae (Leong y Colorni, 2002). Asimismo, el protista dinoflagelado Amyloodinium ocellatum también ha sido relacionado con infecciones graves. Los parásitos metazoos de la serviola y la dorada (ver revisión en Gibson et al., 2005) han sido ampliamente estudiados debido a la importancia de estas especies para la acuicultura y a su consumo tradicional. Entre estos parásitos es importante destacar aquellos que causan mayores pérdidas en condiciones de cultivo: los mixozoos, los monogeneos y los trematodos aporocotílidos (ver detalle en los siguientes apartados). En el caso de la serviola se han citado: el mixozoo Myxobolus sp. (Myxozoa; Grau et al., 1999; Ogawa, 2005); los monogeneos, Neobenedenia melleni, Neobenedenia girellae, Benedenia seriolae (Monopisthocotylea, Capsalidae) y Allencoyla mcintoshi y Zeuxapta seriolae (Polyopisthocotylea Heteraxinidae) (Montero et al., 2001a; Hutson et al., 2007b; Hirayama et al., 2009); y los trematodos aporocotílidos Paradeontacylix balearicus, P. ibericus, P. grandispinus y P. kampachi (Crespo et al., 1994; Ogawa y Fukudome, 1994; Repullés et al., 2008). En el caso de la dorada, el mixozoo Enteromyxum leei ha sido frecuentemente relacionado con graves mortandades en condiciones de cultivo (Paperna, 1982; Diamant, 1992; Padrós et al., 2001b; Ogawa, 2005). Por otra parte, entre los helmintos, Sparicotyle chrysophrii (Monogenea, Microcotylidae) es la especie que causa las mayores pérdidas materiales y económicas en la actualidad (Sanz, 1992; Sitjà-Bobadilla et al., 2009). Esta especie está ampliamente distribuida en el Mediterráneo, donde provoca epizootias recurrentes en condiciones de cultivo (ver capítulos 7 y 8). Recientemente, la especie Furnestinia echeneis (Monogenea, Diplectanidae), también ha sido relacionada con mortandades en granjas (Antonelli et al., 2010a). En cambio, el trematodo aporocotílido que infecta la dorada, Cardicola aurata, no ha sido asociado con infecciones graves (Padrós et al., 2001a; Holzer et al., 2008). 0.1.3. Parásitos de interés En esta tesis se desarrollan diferentes estudios sobre las especies de monogeneos y aporocotílidos que parasitan a la serviola y la dorada en el Mediterráneo, exceptuando a la especie C. aurata cuya morfología y efectos han sido estudiados previamente (Padrós et al., 2001; Holzer et al., 2008). Seguidamente, se describen algunas de las características biológicas de estos grupos de parásitos. Los monogeneos poliopistocotíleos son parásitos externos que habitan en las branquias y la piel de sus hospedadores, habitualmente peces, tanto marinos como de agua dulce (Hayward, 2005; Whittington y Chisholm, 2008). En general, estos parásitos presentan ciclos de vida directos y especificidad estricta (Hayward, 2005). Los monogeneos poliopistocotíleos que infectan a S. dumerili en el Mediterráneo son Allencotyla mcintoshi y Zeuxapta seriolae; mientras que los que infectan Sparus aurata son Atrispinum salpae, Bivagina pagrosomi y Sparicotyle chrysophrii. Las especies estudiadas en esta tesis, Z. seriolae y S. chrysophrii, pertenecen a la superfamilia Microcotyloidea. La familia Aporocotylidae está constituida por trematodos que parasitan el sistema circulatorio de los peces (Smith, 2002). Los aporocotílidos marinos son especialistas estrictos de hospedador y más del 70% de ellos parasita una sola especie de pez (Smith, 2002). Al igual que el resto de trematodos, presentan un ciclo vital heteroxeno, con un estado reproductivo adulto que infecta un vertebrado y un estado larvario de reproducción asexual que infecta un invertebrado, generalmente un molusco o un poliqueto (Smith, 1972; 1997a). El género Paradeontacylix incluye un total de 7 especies: P balearicus, P. ibericus, P. godfreyi, P. kampachi, P. grandispinus, P. sanguinicoloides y P. odhneri. Entre ellas, sólo las dos primeras han sido registradas en aguas mediterráneas. 0.1.4. Este estudio El presente estudio intenta proporcionar información útil para el manejo de la serviola y la dorada en condiciones de cultivo dando respuesta a las siguientes cuestiones generales: (i) ¿Qué especies constituyen la comunidad parasitaria de la serviola en el Mediterráneo occidental?; (ii) ¿Existen variaciones temporales en la comunidad parasitaria de la serviola en Mallorca? (iii) ¿Cuáles son las especies potencialmente patógenas para la serviola? (iv) ¿Cuál es la cronología del desarrollo del monogeneo Sparicotyle chrysophrii parásito de la dorada? (v) ¿Cómo podríamos optimizar el diseño de tratamientos contra S. chrysophrii utilizando los conocimientos adquiridos sobre su desarrollo? 0.2. Justificación y objetivos La presente tesis tiene dos propósitos generales: (i) mejorar el conocimiento sobre la diversidad parasitaria de Seriola dumerili en el Mediterráneo occidental y (ii) proporcionar nuevos datos taxonómicos y biológicos sobre las especies parásitas más peligrosas en condiciones de cautividad, que infectan a la serviola y la dorada, aporocotílidos y monogeneos, con el fin de facilitar su control. Los objetivos específicos a desarrollar son: I.- Revisar la parasitofauna de metazoos de S. dumerili en el Mediterráneo occidental mediante un muestreo exhaustivo realizado en diferentes localidades de esta región. II.- Explorar la estacionalidad de los parásitos metazoos que infectan a S. dumerili en Mallorca, dedicando especial atención a aquellas especies especialmente patogénicas en condiciones de cultivo. III.- Determinar la identidad de los parásitos sanguíneos (Paradeontacylix spp.) de S. dumerili en el Mediterráneo, así como su relación filogenética con el resto de especies del mismo género. IV.- Analizar la dinámica estacional del monogeneo heteraxínido Zeuxapta seriolae, parásito de S. dumerili en Mallorca, y obtener muestras comparativas de otras localidades. V.- Estudiar el desarrollo, la supervivencia y el comportamiento natatorio del oncomiracidio de Sparicotyle chrysophrii (Monogenea, Microcotylidae) con el fin de mejorar las estrategias de control sobre este parásito. VI.- Describir los cambios morfológicos de las post-larvas de S. chrysophrii durante el desarrollo, comparar el crecimiento de esta especie con el de otras especies de microcotílidos y heteraxínidos y optimizar el diseño de tratamientos utilizando los datos cronológicos obtenidos. 0.3. Materiales y métodos generales En este resumen los materiales y métodos se describen separadamente en cada una de las secciones correspondientes. A continuación se resumen los estudios realizados estructurados por capítulos. 0.4. Parasitofauna de Seriola dumerili 0.4.1. Introducción El primer listado de parásitos de S. dumerili fue incluido en una guía práctica para la pesca deportiva en el océano Atlántico y Puerto Rico compilada por Williams y Bunkley-Williams (1996). Estos autores citaron un total de 47 especies parásitas, la mayor parte de ellas procedentes del Atlántico. La primera revisión sobre los parásitos de la serviola en el mediterráneo occidental fue publicada por Grau et al. (1999) e incluyó 14 especies obtenidas de Mallorca, Tarragona y el golfo de Valencia. Posteriormente, Montero (2001) y Montero et al. (2001b) describieron 18 especies parásitas en las serviolas de Murcia. Aunque las serviolas son peces migratorios y las localidades muestreadas en ambos estudios son relativamente cercanas, se constataron importantes diferencias en la fauna parasitaria encontrada en cada una de ellas. El objetivo de este estudio fue describir y revisar la parasitofauna de la serviola en el Mediterráneo occidental así como explorar las diferencias entre localidades. Adicionalmente, el muestreo periódico sirvió para obtener datos sobre la dinámica estacional de los parásitos de serviola en Mallorca. 0.4.2. Materiales y métodos Para el desarrollo del estudio se analizaron un total de 225 ejemplares de S. dumerili obtenidos entre 2005 y 2007 en diferentes localidades del Mediterráneo occidental. La muestra principal, que incluía un total de 165 peces juveniles procedentes de Mallorca, fue obtenida mediante 11 muestreos bimensuales de 15 especímenes cada uno. También se obtuvieron 4 muestras comparativas, de 15 peces cada una, procedentes de otras 3 localidades: 2 de Alicante (España), 1 de Córcega (Francia) y 1 de Cerdeña (Italia). Todos los peces fueron medidos y pesados y 4 peces de cada submuestra se analizaron en fresco mientras que el resto se congelaron para su análisis posterior. Primeramente, se examinó la superficie externa de los peces incluyendo la piel, las aletas la cavidad oral y la cavidad opercular, con el fin de detectar ectoparásitos. Posteriormente, se analizaron separadamente las branquias, los diferentes órganos del sistema digestivo y excretor y el sistema circulatorio incluyendo corazón, vena caudal, seno venoso y cono arterial así como las arterias branquiales. Por último, también se analizaron el cerebro y los ojos así como la musculatura circundante a las cinturas. Para el análisis morfológico se fijó una muestra representativa de especímenes adultos en alcohol caliente al 70%. Posteriormente, los ejemplares se tiñeron con acetocarmín férrico (Georgiev et al., 1986), se deshidrataron y se montaron en preparaciones permanentes con bálsamo de Canadá. La mayor parte de los nematodos se examinó en fresco mientras que los especímenes más grandes se transparentaron en lactofenol y se montaron en preparaciones temporales. Para obtener los datos morfométricos se midieron diez especímenes adultos de cada una de las especies con la ayuda de un tubo de dibujo. Se calculó la prevalencia, abundancia e intensidad parasitaria para cada muestra y las especies se clasificaron en tres grupos según su prevalencia media: especies comunes (>30%), especies infrecuentes (entre 10 y 30%) y especies accidentales (<10%). 0.4.3. Resultados El muestreo realizado en las cuatro localidades mediterráneas permitió obtener un total de 44921 parásitos metazoos pertenecientes a 26 especies distintas. Cinco de estas especies eran ectoparásitos de dos filos diferentes (un platelminto y cuatro artrópodos) y 21 eran endoparásitos de dos filos diferentes (17 platelmintos y 4 nematodos). También se describió el micropredador Skogsbergia costai, encontrado en dos de los muestreos rutinarios realizados en Mallorca y Alicante (ver tablas 4.1 y 4.2 en el capítulo correspondiente). Entre los parásitos procedentes de Mallorca se encontraron 9 especies comunes (Bucephalus gorgon, Caligus aesopus, Gnathia vorax, Hemiurus communis, Neometanematobothrioides periorbitalis, Paradeontacylix balearicus, Stephanostomum ditrematis, Tormopsolus orientalis y Zeuxapta seriolae), 2 especies infrecuentes (Prosorhynchus facilis y Hysterothylacium seriolae) y 13 especies accidentales. (Aphanurus sp., Caligus sp., Camallanus sp., Capillaria sp., Cardiocephaloides sp., Cucullanus sp., Floriceps saccatus sp., Galactosomum sp., Stephanostomum euzeti, Stephanostomum filiforme, Stephanostomum petimba, Parabrachiella seriolae y la larva tetrafilídea). En cuanto a la especificidad (tabla 4.1), del total de especies descritas diez eran generalistas, 1 era especialista de la familia Carangidae, 3 eran especialistas del género Seriola y 5 eran especialistas de Seriola dumerili. Las siete especies restantes no pudieron ser clasificadas a nivel de especie y su especificidad no pudo ser determinada. 0.4.4. Discusión Parasitofauna de Seriola dumerili Diecisiete nuevos registros fueron añadidos al conjunto de especies previamente citadas en S. dumerili del Mediterráneo occidental. Entre ellas se describieron 2 nuevas especies para la ciencia, 1 primer hallazgo en S. dumerili del Mediterráneo, 8 primeros hallazgos en S. dumerili de especies ya descritas en el Mediterráneo y 6 primeros hallazgos en el Mediterráneo. Este incremento en el número de especies registradas se debió principalmente al aumento del tamaño muestral, la creación de nuevas especies y el análisis de algunos órganos habitualmente ignorados. Las diferencias más destacables entre los estudios realizados hasta la fecha en la región mediterránea se encontraron entre los representantes del phylum Nematoda. En el presente estudio, la riqueza de nematodos fue relativamente alta (N= 4) mientras que en los anteriores solamente se había citado una especie de nematodo, Philometra sp., aquí ausente. Otras diferencias significativas fueron la ausencia de Wedlia bipartita, previamente citada en Mallorca (Grau et al., 1999), y Tergestia laticollis previamente encontrada en Murcia (Montero et al., 2001b). Por último, cabe destacar la presencia de Gnathia vorax y Hemiurus communis en todas las localidades estudiadas y en los estudios previos realizados en Mallorca (Grau et al., 1999) que contrasta con su ausencia en los estudios previos realizados en Murcia (Montero et al., 2001b). Gran parte las diferencias podrían explicarse por la accidentalidad de algunas de estas especies. Sin embargo, diferencias más consistentes como la presencia de Hysterothylacium seriolae, frecuentemente encontrado en el presente estudio, y su ausencia en las publicaciones anteriores, podría estar relacionada con los factores ambientales, la disponibilidad de presas, etc. Adicionalmente, en el caso de Gnathia vorax y Hemiurus communis el cultivo de los peces también podría ser el causante de la pérdida de estos parásitos. La mayoría de las especies registradas (N= 21) presenta un ciclo de vida heteroxeno en el que la serviola seria el hospedador definitivo. Por otra parte, este pez también seria hospedador intermediario de 4 especies accidentales: las 2 especies de trematodos en estado de metacercaria (Cardiocephaloides sp. y Galactosomum sp.) y los 2 metacestodos (Floriceps saccatus y la larva tetrafilídea). Los hospedadores definitivos de las metacercarias encontradas son aves, principalmente gaviotas (Pearson y Prévot, 1971; Gibson et al., 2005) mientras que los hospedadores definitivos de los metacestodos son peces elasmobranquios (Bates, 1990). Aproximadamente la mitad de las especies identificadas a nivel específico eran especialistas estrictas o especialistas de carángidos. Por tanto, las relaciones filogenéticas parecían tener un papel bastante importante en la composición de la comunidad parásita en esta región. Entre estas especies destacarían las del género Paradeontacylix puesto que todas, a excepción de P. odhneri, son especialistas de diferentes especies del género Seriola (Repullés-Albelda et al., 2008). Dinámica estacional El muestreo periódico reveló que 5 de las 9 especies comunes descritas en S. dumerili de Mallorca mostraban aparentes patrones estacionales de intensidad o prevalencia: B. gorgon, H. communis, P. balearicus, S. ditrematis y Z. seriolae. Las prevalencias e intensidades de B. gorgon y H. communis aumentaban de otoño a invierno mientras que las de S. ditrematis, P. balearicus (huevos), y Z. seriolae aumentaban de primavera a verano. De acuerdo con su importancia para la acuicultura, la dinámica estacional del monogeneo Z. seriolae se analizó separadamente en el capítulo 6. En referencia a los trematodos sanguíneos, la prevalencia de los huevos de P. balearicus aumentaba recurrentemente de febrero a junio coincidiendo con el patrón descrito previamente para Paradeontacylix sp. de Mallorca (Grau, 1992) y en líneas generales con las dinámicas de infección de P. ibericus (Montero et al., 2009), P. kampachi y P. grandispinus (Ogawa et al., 1993). Por tanto, la mayor parte de los huevos eclosionarían al inicio del verano mientras que los adultos madurarían y pondrían sus huevos durante los meses anteriores. En cuanto a los trematodos del sistema digestivo, H. communis mostró un patrón estacional similar al descrito en estudios previos (Meskal, 1967; in Gibson & Bray, 1986; Gibson, 1981) en el que el número de especímenes aumentaría de otoño a invierno y disminuiría gradualmente hasta la primavera. La dinámica estacional del resto de trematodos del digestivo registrados en el presente trabajo (bucefálidos y acantocólpidos) ha sido poco estudiada (Wolfgang 1955; Chubb, 1979; Taskinen et al., 1991; Holmes & Bartoli, 1993). Sin embargo, existen estudios previos que relacionan el aumento estacional en el número de metacercarias en los hospedadores intermediarios con el aumento de adultos en los meses posteriores (Taskinen y Valtonen, 1995; Quinteiro et al. 1993; Wang et al., 2001). Por tanto, un mayor conocimiento de las fluctuaciones estacionales de estos parásitos en sus hospedadores intermediarios podría contribuir a entender mejor las dinámicas de los adultos en hospedadores definitivos. En el caso de los didimozoidos, el desconocimiento es aún mayor, sus ciclos de vida se han estudiado muy poco y sus hospedadores intermediaros son desconocidos en la mayoría de los casos (Pozdnyakov & Gibson, 2008). Hasta la fecha no se ha descrito ningún tipo de dinámica estacional en adultos pertenecientes a la subfamilia Nemathobothriinae y en el presente estudio, los especímenes de N. periorbitalis fueron observados durante todo el año sin aparente estacionalidad. Los estudios previos sobre Caligus spp. muestran un aumento de la prevalencia y la abundancia de estos parásitos en primavera, asociado al aumento de la temperatura que causa el incremento en la velocidad de desarrollo (Boxshall, 1974; Hogans y Trudeau, 1989). En el presente estudio, C. aesopus mostró prevalencias y abundancias similares en todos los muestreos. Sin embargo se observó una aparente estacionalidad en el período de reproducción puesto que la mayor parte de hembras grávidas fue encontrada de febrero a abril. La reproducción de otras especies de Caligus en el noroeste del océano Atlántico (i.e. C. curtus y C. elongatus) ocurre al final de la primavera o el inicio del verano (Hogans & Trudeau, 1989). Sin embargo, en el Mediterráneo parece adelantarse ligeramente. Este hecho se podría explicar por las diferencias en el periodo anual de incremento de temperaturas entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Los ciclos de vida y las dinámicas poblacionales de los estados larvarios de los gnátidos han sido poco estudiados en el medio salvaje (Naylor, 1972; Fernández et al., 1989; Smith et al., 2003; Tanaka, 2007). Smit et al. (2003) definió diferentes tipos de ciclos vitales para las distintas especies de gnátidos: un ciclo de vida anual, uno bianual y otro con varias generaciones al año. Estos autores consideraron que el ciclo vital de G. africana presentaba varias generaciones al año, de acuerdo con el patrón de incremento y descenso recurrente de la abundancia y la prevalencia durante el periodo de estudio (Smit et al., 2003). Posteriormente, Hadfield et al. (2009) describió este mismo patrón para G. pilosus. G. vorax también mostró este tipo de oscilaciones y por tanto, podría incluirse en el mismo grupo. Sin embargo, existen otras razones que podrían explicar este tipo de dinámica y sería necesario un estudio específico, en el que las diferentes etapas larvarias se considerasen separadamente, para poder obtener unos resultados más concluyentes. Efectos potenciales de las diferentes especies parásitas en cultivo Hasta la fecha, Seriola lalandi es la única especie de Seriola sobre la que se ha analizado su parasitofauna desde el punto de vista de los riesgos que representan las diferentes especies para el cultivo de su hospedador. De acuerdo con los efectos patológicos descritos en estudios previos, las especies del presente estudio se clasificaron en tres categorías: (i) especies dañinas para la serviola en el Mediterráneo que causan infecciones severas especialmente en cultivo, monogeneos y aporocotílidos; (ii) especies potencialmente peligrosas puesto que son taxonómicamente cercanas a otras con conocidos efectos patológicos, didimozoidos, acantocólpidos, trematodos en estado de metacercaria, calígidos e isópodos; y (iii) especies inofensivas para la serviola en el Mediterráneo occidental por sus efectos leves (bucefálidos y hemiúridos) o su baja prevalencia y/o abundancia (cestodos y nematodos). En el presente estudio, tanto el monogeneo Z. seriolae (Ogawa y Yokoyama, 1998; Grau et al., 2003; Montero et al., 2004; Diggles y Hutson, 2005; Lia et al., 2007; ver referencias en capítulo 6) como los aporocotílidos sanguíneos del género Paradeontacylix (Crespo et al. 1992; Crespo et al., 1994; Ogawa y Fukudome, 1994) se han relacionado con epizootias, principalmente en condiciones de cultivo. Los efectos de los monogeneos están principalmente relacionados con la anemia o la pérdida de superficie branquial respiratoria (Whittington y Chisholm, 2008) mientras que los efectos de los trematodos sanguíneos están relacionados con la rotura del epitelio branquial por la eclosión de los huevos y la salida de los miracidios. Entre las dos especies de parásitos sanguíneos descritas en el Mediterráneo, P. balearicus es la única relacionada con mortandades (Crespo et al. 1992; Crespo et al., 1994) y por tanto, parece ser la más patogénica. La mayor distribución de sus especímenes y huevos podría ser una de las causas que explicarían su mayor virulencia. Los estudios sobre los efectos provocados por los acantocólpidos son escasos puesto que son especies poco dañinas en su fase adulta (Hutson et al., 2007b). Sin embargo, Grau (1992) mostró, mediante un estudio histológico, la destrucción de células epiteliales y hemorragias en los ciegos intestinales y el intestino de S. dumerili provocadas por diferentes estos parásitos. A pesar de la gravedad de las lesiones, no se observó ningún episodio de mortandad asociado. Por tanto, parece que los acantocólpidos no suponen una grave amenaza para la población de peces de Mallorca en el medio salvaje y tampoco en cultivo puesto que su captación se produce a través de la dieta y ésta podría modificarse fácilmente en cautividad. En cuanto a los didimozoidos, sus efectos dependen mayoritariamente de su ubicación en el tejido del hospedador. En el presente trabajo no se observó ningún tipo de patología severa asociada a Neometanematobothrioides periorbitalis. Asimismo, se observaron efectos leves durante el estudio sobre la patogeneidad de una especie parásita de Scomber australicus perteneciente a la misma subfamilia que N. periorbitalis y con distribución similar (Perera, 1992). Por tanto, es bastante probable que N. periorbitalis no represente un alto riesgo para la salud de S. dumerili en el mar Balear, aunque esté presente en elevada intensidad y prevalencia. Finalmente, los efectos de los trematodos en estado de metacercaria merecen una mención especial puesto que por su localización, afectan al sistema nervioso de los peces y pueden cambiar su comportamiento (Osset et al. 2005). Sin embargo, su baja incidencia en el presente estudio y la ausencia de citas en Seriola indican que estas especies no representan un riesgo importante para Seriola dumerili en el Mediterráneo occidental. En cuanto a los calígidos, la especie C. spinosus (considerada sinónima de C. aesopus por muchos autores) ha sido relacionada con la anemia de S. quinqueradiata en cultivo (Egusa, 1983). Sin embargo, los efectos de esta especie sobre S. lalandi se consideraron leves (Hutson et al., 2007b). Esta diferencia podría explicarse por los distintos niveles de infección registrados en ambas localidades. En el presente estudio, no se observaron efectos relevantes relacionados con la presencia de C. aesopus y su incidencia fue baja. Por tanto, el riesgo potencial que representa es aparentemente leve. Sin embargo, al tratarse de un parásito monoxeno y de fácil transmisión, su prevalencia debería ser controlada periódicamente en condiciones de cultivo. El caso de Gnathia vorax (isópodo) es similar al de C. aesopus con el agravante de que se trata de una especie poco específica que está ampliamente distribuida en el Mediterráneo (Naylor, 1972; Cals, 1978; Holdish & Harrison, 1980; Grau et al., 1999). Se sabe que esta especie provoca hemorragias y anemia en condiciones de cautividad (Marino et al., 2004) aunque no se ha sido relacionada con efectos patológicos graves en el medio salvaje. Por tanto, esta especie no representa un grave riesgo para la serviola aunque su presencia debería ser controlada en condiciones de cultivo. 0.5. Especiación de las especies de Paradeontacylix (Aporocotylidae) de Seriola dumerili. dos especies nuevas del género Paradeontacylix en el Mediterráneo 0.5.1. Introducción La serviola (S. dumerili) ha sido cultivada experimentalmente en diferentes países alrededor del Mediterráneo. Sin embargo, su cultivo intensivo está parcialmente limitado por la existencia de parásitos patógenos que provocan graves mortandades entre los juveniles. Entre éstos destacan los trematodos sanguíneos del género Paradeontacylix (Trematoda Aporocotylidae) que se han relacionado con importantes pérdidas registradas tanto en Japón (océano Pacífico) como en Mallorca (mar Mediterráneo) (Crespo et al., 1994; Ogawa y Fukudome, 1994). En el Mediterráneo, los episodios de aporocotilidosis se han registrado en dos localidades, Murcia y Mallorca, aunque solamente se han producido mortandades significativas en esta última (Crespo et al., 1994; Montero, 2001). Las especies encontradas en el Mediterráneo presentan importantes similitudes morfológicas con las descritas en Japón. De hecho, la especie de Murcia ha sido previamente identificada como P. kampachi (García y Díaz, 1995; Montero et al., 2003) mientras que la de Mallorca se ha sido descrita como “especie parecida a” P. grandispinus (Montero et al., 1999). Determinar la identidad específica de las especies mediterráneas podría contribuir a comprender mejor su distinta virulencia. 0.5.2. Materiales y métodos En el presente estudio se analizaron un total de 90 peces. Setenta y cinco de ellos fueron obtenidos mediante 5 muestreos bimensuales en Mallorca (de abril del 2005 a abril del 2006) mientras que los otros 15 se obtuvieron mediante un único muestreo en Alicante (febrero del 2006). El análisis de los peces así como la fijación y el montaje de los parásitos se realizaron tal y como se describe en el protocolo de la sección 0.4.2 del presente resumen. Con el fin de comparar los individuos obtenidos con otras especies congenéricas se adquirieron 10 ejemplares de P. grandispinus y 4 de P. kampachi procedentes de colecciones privadas y 10 especímenes de Paradeontacylix sp. procedentes de Murcia. La información morfométrica, resumida en 14 caracteres, se analizó mediante análisis discriminante y análisis de componentes principales utilizando SPSS® v. 12.0 (SPSS, Inc., Norusis, 2002). El cladograma incluyó todas las especies de Paradeontacylix descritas hasta el momento y se realizó mediante el criterio de máxima parsimonia. Aporocotyle spinosicanalis Williams, 1958 fue utilizado como grupo externo. Se analizaron un total de 11 caracteres morfológicos (8 binarios y 3 multiestado). Para el análisis filogenético molecular, se extrajo el ADN de 2 individuos de la península ibérica y 2 de las islas Baleares. Por otra parte, también se obtuvo el ADN de 2 individuos de P. grandispinus y de 1 individuo de P. kampachi, procedentes de S. dumerili de Japón, y 2 individuos de P. godfreyi procedentes de S. lalandi de Australia. Posteriormente, se amplificaron las secuencias de las regiones 28S e ITS2 del gen ribosomal así como la secuencia del COI del gen mitocondrial. Finalmente, los alineamientos resultantes se combinaron en una base de datos. La estimación del árbol se realizó mediante análisis bayesiano y siguiendo el criterio de optimización de máxima parsimonia. Se utilizaron dos programas informáticos: MrBayes v 3.0 y PAUP v. 4.0b10 (Swofford, 2002). 0.5.3. Resultados Los especímenes de Paradeontacylix sp. procedentes de las islas Baleares y la península ibérica eran marcadamente diferentes entre ellos pero muy parecidos a P. grandispinus (Pg) y P. kampachi (Pk) de Japón, respectivamente. Sin embargo, presentaban ciertas peculiaridades morfológicas y moleculares que nos permitieron proponer dos nuevas especies: P. balearicus (Pb) y P. ibericus (Pi). P. balearicus se diferencia del resto de especies del género por la siguiente combinación de caracteres: longitud corta (es la especie más corta), número de testículos inferior a 26, distribución de testículos en una sola fila, ovario con forma de corazón, útero post-ovárico, poro genital femenino ligeramente dextral, espinas tegumentarias de 8-12 por fila y espinas posteriores largas. La especie más parecida a P. balearicus es P. grandispinus, previamente descrita en S. dumerili de Japón, aunque ambas difieren en su tamaño corporal (midiendo una la mitad que la otra). También se observan diferencias en el tamaño de las espinas tegumentarias posteriores que son relativamente más largas en P. balearicus. P. ibericus se distingue del resto de especies del género por la combinación de: longitud total (entre 2480 a 5700), testículos distribuidos en dos filas, ovarios en forma de riñón, útero post-ovárico, espinas tegumentarias marginales distribuidas en 678 filas (577-746) y presencia de entre 8 y 18 espinas tegumentarias posteriores cortas. La morfología de P. ibericus es muy parecida a la de P. kampachi, descrito en S. dumerili de Japón. P. ibericus puede distinguirse de P. kampachi por su menor longitud corporal (2480 a 5700 en P. ibericus y de 4680 a 8100 en P. kampachi) y la mayor longitud relativa de sus espinas tegumentarias posteriores. Otras características diferenciales de la nueva especie son su ovario estrecho y el mayor número de filas de espinas tegumentarias. Las 4 especies analizadas (Pk, Pg, Pi y Pb) se separaron claramente en el análisis discriminante y en el análisis de componentes principales. Sin embargo, el análisis de componentes principales comunes mostró resultados menos concluyentes y un mayor solapamiento entre especies. Las diferencias morfológicas entre P. grandispinus y P. balearicus no resultaron estadísticamente significativas. El único árbol filogenético, resultante del análisis cladístico mostró dos clados separados (Pk + Pi) y (((Pg/Pb) + P. sanguinicoloides) + P. godfreyi). P. odhneri se situó en posición basal, en una rama separada. El nivel de soporte de la rama (Pk + Pi) fue bastante alto y por tanto estas dos especies parecían estar claramente relacionadas. Los niveles de soporte de la rama que relacionaba (Pg/Pb) y P. sanguinicoloides fueron cercanos al 70% por lo que aparentemente estas tres especies estarían relacionadas. El análisis filogenético basado en datos moleculares mostró dos clados claramente separados y con un buen soporte: (P. ibericus + P. kampachi) y (P. godfreyi + (P. balearicus + P. grandispinus)). El porcentaje de diferencias entre secuencias aumentaba del 28S al ITS2 y al COI. De este modo, se observó una variación del 0,9% entre las especies de Paradeontacylix para el 28S y una mejor discriminación en el ITS (2,5-12,5%) y el COI (6,3–16,0%). El menor porcentage de diferencias se encontró entre P. grandispinus y P. balearicus mientras que el mayor se observó entre P. godfreyi y el resto de especies, con valores máximos de 12,5% (ITS2) y 16,0% (COI). 0.5.4. Discusión Los niveles de variación interespecífica de las secuencias de trematodos son típicamente ? 1% para el ITS y superan el 2% para el mtDNA (ver revisión de Blouin (2002)). Por tanto, molecularmente las especies de Paradeontacylix del Mediterráneo serían consideradas diferentes de las japonesas. Sin embargo, se observó una clara identidad de secuencias entre P. ibericus/P. kampachi y P. balearicus/P. grandispinus en todas las regiones analizadas. Nolan y Cribb (2006a y 2006b) consideraron que las divergencias del 0,3% (una sola base) eran suficientes para la separación entre especies de aporocotílidos de los géneros Phthinomita y Cardicola. De acuerdo con los trabajos realizados por estos autores, se concluyó que las diferencias del 4,7% entre P. ibericus/P. kampachi y del 2,5% entre P. balearicus/P. grandispinus justificarían la creación de nuevas especies para los especímenes Mediterráneos. Las islas Baleares están separadas de la península ibérica por una distancia de aproximadamente 300 km con una profundidad máxima de 1900 m. El presente estudio reveló que, a pesar de parasitar el mismo hospedador, P. balearicus y P. ibericus, permanecen aisladas en el Mediterráneo. Sin embargo, P. grandispinus y P. kampachi se encuentran en infecciones mixtas en Japón (Ogawa y Egusa, 1986). Las especies de Paradeontacylix del Mediterráneo parecen infectar principalmente a peces juveniles, que viven en zonas costeras y son bastante sedentarios (Froese & Pauly, 2011). Los resultados del presente estudio sugirieron que las poblaciones de juveniles de S. dumerili permanecían aisladas en las dos localidades a pesar de la escasa distancia geográfica entre ellas. La información filogenética obtenida permitió la diferenciación de dos clados separados de P. odhneri: uno que unía P. kampachi y P. ibericus y otro que unía P. grandispinus, P. balearicus, P. sanguinicoloides y P. godfreyi. P. sanguinicoloides, P. godfreyi, P. grandispinus y P. balearicus muestran diversos caracteres que los diferencian del grupo formado por P. kampachi/P ibericus. Curiosamente, P. sanguinicoloides y P. godfreyi parasitan S. lalandi, mientras que P. grandispinus y P. balearicus parasitan S. dumerili. Es posible que la especiación de los ancestros de estos dos últimos grupos de parásitos ocurriese después de la especiación de sus hospedadores (S. lalandi y S. dumerili). En relación a las especies de Paradeontacylix de S. dumerili, los árboles filogenéticos mostraron la asociación de P. kampachi/P. ibericus en un clado diferente al de P. grandispinus/P. balearicus. Una explicación posible para esta paridad morfológica y molecular entre las especies japonesas y los mediterráneas sería que los ancestros de P. kampachi/P. ibericus y P. grandispinus/P. balearicus hubiesen existido antes de la separación de sus dos poblaciones de hospedadores. 0.6. Dinámica estacional de la población de Zeuxapta seriolae parásita de Seriola dumerili (Carangidae) en el mediterráneo occidental 0.6.1. Introducción Uno de los principales grupos causantes de infecciones masivas en Seriola spp. de cultivo son los monogeneos heteraxínidos. Su presencia se ha registrado en cultivos de diferentes localidades: Australia (Ernst et al., 2002; Tubbs et al., 2005; Hutson et al., 2007b), Nueva Zelanda (Diggles y Hutson, 2005), Japón (Ogawa, 1996; Ogawa y Yokoyama, 1998; Hutson, 2007b), Italia (Montero et al., 2004), Malta (Nielsen et al., 2003) y España (Montero et al., 2001a,b; 2004; Grau et al., 2003). Estos parásitos también se han detectado en peces salvajes de Nueva Zelanda (Sharp et al., 2003), Australia (Rohde, 1978, 1981; Hutson et al., 2007a) y el Mediterráneo (en Turquía, Genç et al., 2007; e Italia, Lia et al., 2007). Sin embargo, no existen estudios completos sobre la dinámica poblacional de los monogeneos heteraxínidos que infectan a las diferentes especies de Seriola y la información disponible a este respecto es incompleta o está basada en datos puntuales. El conocimiento de la dinámica poblacional y los parámetros de infección de estos monogeneos en el medio salvaje podría contribuir a disminuir los riesgos de epizootias en cautividad. 0.6.2. Materiales y métodos El muestreo del presente estudio coincide con el descrito en el capítulo 4 con la excepción de que en este caso se obtuvieron dos muestras adicionales, de 10 peces cada una, para conseguir datos sobre la abundancia parasitaria en hospedadores de tamaño mayor (“peces grandes”: 43.5 - 48.5 TL) y menor (“peces pequeños”: 26.5 - 29.5 TL) que los del estudio general. Por tanto, el total de peces analizados fue de 245. Los ejemplares fueron medidos y pesados y se calculó el factor de condición de Fulton para cada pez. Posteriormente, se extrajeron las branquias, se separaron los 4 arcos branquiales y se examinaron con la ayuda de la lupa. La prevalencia, la abundancia y la intensidad fueron calculadas según Bush et al. (1997). Por último, los datos de abundancia parasitaria, longitud total del pez y factor de condición se transformaron logarítmicamente antes de la aplicación de los análisis estadísticos. Durante el cálculo de resultados se determinó una correlación significativa entre el tamaño del pez y la abundancia parasitaria o el factor de condición. El efecto del tamaño se corrigió en los análisis posteriores, utilizando los residuos de la regresión entre estos parámetros como variables dependientes. Los efectos estacionales y anuales sobre la abundancia parasitaria se analizaron mediante un ANOVA factorial. Por último se calculó el coeficiente de correlación de Spearman entre la abundancia parasitaria y la temperatura máxima, mínima y media del agua en los alrededores de Mallorca. Los análisis estadísticos se desarrollaron utilizando el programa Statistica v. 8.0 (StatSoft, Inc., Tulsa, OK, USA). 0.6.3. Resultados Todos los peces examinados en el presente estudio presentaron ejemplares de Zeuxapta seriolae en las branquias. La prevalencia en la muestra principal, obtenida de Mallorca, fue del 90,3% y la intensidad media de entre 1 y 1182 parásitos con un promedio ? desviación estándar de 173,36 ? 261,13. Se detectaron diferencias significativas de tamaño entre las submuestras obtenidas, siendo generalmente más grandes los peces de octubre y febrero del 2005 que los muestreados en abril. Los análisis también revelaron una diferencia significativa en el factor de condición entre las submuestras mensuales y entre los peces de diferente tamaño. Sin embargo, después de realizar la corrección por tamaño, ninguna de las diferencias de factor de condición entre submuestras fue significativa. La apariencia externa de todos los peces era saludable aunque aquellos altamente parasitados presentaban palidez en branquias e hígado y una mayor secreción mucosa en la branquia. Los mayores niveles de infección en Mallorca fueron registrados durante el periodo cálido (entre abril y junio) en los tres años de estudio. Se encontraron diferencias significativas en la abundancia parasitaria de las diferentes submuestras que revelaron una clara dinámica estacional de infección por Z. seriolae. Los niveles de infección aumentaron significativamente durante el periodo cálido (entre abril y junio; rango 1-1182 parásitos; 283,30 ? 287,24 en promedio por pez) en contraposición con los bajos niveles registrados durante el periodo frío (entre octubre y febrero; rango 1-21 parásitos; 4,45 ? 4,94 en promedio por pez). La abundancia de Z. seriolae mostró una correlación significativa con las temperaturas promedio y máxima mensual. Por otra parte, el incremento en los niveles de infección coincidió con mayores niveles de agregación parasitaria en las muestras examinadas durante el periodo cálido. Finalmente, los niveles de agregación de Z. seriolae también se correlacionaron fuertemente con el tamaño medio del pez. En líneas generales, se detectó una tendencia de descenso en la abundancia de Z. seriolae entre 2005 y 2007 y el ANOVA reveló efectos significativos tanto de la estación como del año sobre la abundancia parasitaria. También se detectaron diferencias significativas de abundancia parasitaria entre las muestras de peces con diferentes tamaños. La comparación de las muestras de las distintas localidades, incluyendo Mallorca, mostró diferencias altamente significativas entre ellas. Los peces obtenidos durante el periodo cálido en Mallorca y Córcega presentaron el mayor nivel de infección en comparación con los obtenidos en Mallorca y Alicante durante el periodo frío o en Cerdeña en julio del 2006. 0.6.4. Discusión En este estudio se obtuvieron las mayores intensidades y abundancias de Z. seriolae registradas hasta la fecha, tanto en cultivo como en medio salvaje. Aunque Z. seriolae es una especie con distribución circumglobal, las infecciones masivas causadas por ésta y otras especies de monogeneos heteraxínidos se han citado principalmente en cultivos localizados en el mar Mediterráneo (Grau et al., 2003; Repullés et al., 2005) o en otras regiones con clima templado: Australia, Nueva Zelanda, Chile y Japón (Ogawa y Yokoyama, 1998; Wilson et al., 2001; Sharp et al., 2003; Hutson, 2007; Hutson et al., 2007a; Whittington y Chisholm, 2008). Este hecho podría explicarse porque es en estas regiones donde el cultivo ha sido más intensivo, aunque también podría existir algún tipo de causa ambiental. Los niveles de infección observados en la muestra principal de Mallorca fueron similares o superiores a los registrados en epizootias de Z. seriolae en especímenes de S. dumerili (Montero et al., 2004) o S. lalandi (ver Mansell et al., 2005) de tamaños similares. Por otra parte, los valores de abundancia media registrados durante abril y junio del 2005 también fueron similares o mayores que los obtenidos en el único caso de mortandades en el medio salvaje registrado hasta la fecha (Lia et al., 2007). Uno de los resultados más relevantes del presente estudio poblacional fue el patrón estacional recurrente de Z. seriolae en las poblaciones de S. dumerili de Mallorca. Este patrón era consistente y estaba significativamente correlacionado con la temperatura media o máxima del agua a pesar de la variación anual. Por tanto, se sugirieron mayores tasas de transmisión del parásito a mayores temperaturas. Los datos obtenidos en las tres localidades del Mediterráneo occidental se correspondieron con el patrón estacional de abundancia de Z. seriolae registrado en Mallorca. La única excepción fue la muestra de Cerdeña, obtenida en julio del 2006, que presentó una abundancia ampliamente inferior a la registrada en agosto del mismo año en Córcega. Por tanto, la variación de la distribución y abundancia de Z. seriolae en S. dumerili del Mediterráneo requeriría un estudio más amplio. Aunque las mortandades en poblaciones de peces salvajes son casi imposibles de detectar (ver excepción en Lia et al., 2007), tres evidencias podrían indicar una mortandad inducida por el parásito en las poblaciones de juveniles de S. dumerili en Mallorca. (I) Existe una asociación negativa entre la distribución de abundancias de Z. seriolae y la longitud del pez que contrasta con el patrón típico de asociación positiva descrito para las relaciones pez-monogeneo (Frankland, 1954; Paperna et al., 1984; Buchmann, 1989; Rohde et al., 1995; Grutter, 1998). Este patrón de abundancias según el tamaño del pez sugiere que la mayor parte de la población de Z. seriolae se mantiene en las poblaciones de peces juveniles (0+). (II) Por otra parte, el aumento de abundancia parasitaria observado durante los meses cálidos va unido a un mayor nivel de agregación, al contrario de lo que ocurre cuando bajan las temperaturas. (III) La fuerte correlación negativa entre los niveles de agregación de Z. seriolae y la longitud media del pez indicaría que aquellos peces altamente infectados son eliminados rápidamente de la población de hospedadores. Finalmente, la mortandad debida al efecto del sistema inmunitario del hospedador y la estacionalidad en la transmisión del parásito, también podrían influir en el patrón de abundancias observado. 0.7. Desarrollo, supervivencia y comportamiento natatorio del oncomiracidio de Sparicotyle chrysophrii (Van Beneden et Hesse, 1863) 0.7.1. Introducción El monogeneo microcotílido Sparicotyle chrysophrii es uno de los parásitos metazoos más patógenos de la dorada en el Mediterráneo (Sanz, 1992; Álvarez-Pellitero, 2004; Athanassopoulou et al., 2005; Sitjà-Bobadilla et al., 2009). Se trata de una especie monoxena y su transmisión se realiza mediante oncomiracidios y huevos (Whittington et al., 2000a), siendo estos últimos los más resistentes a los agentes antihelmínticos (Sitjà-Bobadilla et al., 2006). En este trabajo se estudió el desarrollo, la supervivencia y la natación de los oncomiracidios de S. chrysophrii con el fin de obtener información biológica para diseñar tratamientos más efectivos contra este patógeno. 0.7.2. Materiales y métodos Para el desarrollo del presente experimento se utilizaron un total de 450 huevos de S. chrysophrii puestos por diferentes adultos grávidos, procedentes de doradas cultivadas en Valencia (España). Estos huevos se mezclaron y se distribuyeron en grupos de entre 15 y 25 individuos. Todos los ejemplares se mantuvieron a 20ºC y fueron expuestos a periodos de 12 horas de luz y oscuridad. De acuerdo con los objetivos propuestos se realizaron dos estudios diferentes: uno sobre el desarrollo del oncomiracidio en el interior del huevo y el otro sobre su supervivencia y natación. El estudio sobre el desarrollo del oncomiracidio incluyó 4 réplicas: 2 preliminares, en las que los huevos se observaron cada 24 h y 2 definitivas, en las que los huevos se observaron cada 8 h. A partir del quinto día, los huevos se revisaron cada 4 h en todas las réplicas, hasta que el primero de ellos eclosionó. Los cambios morfológicos observados tanto en el oncomiracidio como en el vitelo fueron registrados y se determinó el éxito de eclosión. Posteriormente, se analizaron las diferencias entre el número de huevos eclosionados en el total de periodos con iluminación y con oscuridad (test de Mann-Whitney), así como las diferencias entre el número de huevos eclosionados en cada uno de los periodos lumínicos de los diferentes días (test de Kruskal-Wallis). Para el estudio sobre la supervivencia y la natación de los oncomiracidios se utilizaron un total de 155 larvas. Los individuos se separaron en diferentes pocillos y se observaron cada 2 horas. El tiempo de supervivencia y el periodo de natación fueron registrados y se analizó su correlación con el tiempo de incubación. Posteriormente, se analizaron las diferencias entre el tiempo de supervivencia y de natación de los oncomiracidios emergidos durante los periodos de luz y los de oscuridad. Finalmente, se calculó la velocidad de natación de los oncomiracidios y se establecieron diferentes categorías para describir el comportamiento de éstos cada dos horas. 0.7.3. Resultados Durante los primeros muestreos, los huevos recién puestos estaban llenos de vitelo y los embriones no podían diferenciarse. Entre las 8 y las 56 h después de la puesta (horas post-deposition, hpd), el vitelo se había desplazado lateralmente y los embriones podían distinguirse en el centro del huevo. Entre las 48 y las 64 hpd el vitelo estaba distribuido en dos masas longitudinales, en consonancia con la forma del oncomiracidio. Los escleritos del háptor empezaron a distinguirse entre las 72 y las 88 horas, primero los hamuli, después los ganchos posteriores y finalmente los laterales. Entre las 88 y las 100 hpd se pudieron observar las manchas oculares, primero como acumulaciones de pigmento aisladas y después progresivamente más agregadas. Los ganchos laterales fueron visibles a partir de las 120 hpd (5 días), momento en el cual la mayor parte de los huevos ya estaban operculados. El primer oncomiracidio nació a las 124 hpd (5 días) y el éxito de eclosión osciló entre el 68 y el 93%. La mayor parte de las eclosiones se produjo durante los periodos de oscuridad (75%), siendo la primera y la segunda noche las que presentaron un número significativamente mayor de eclosiones. El tiempo de supervivencia máximo fue de 52 horas post-eclosión/hatching (hph), aunque el 54% de los oncomiracidios había muerto después de 12 hph y solamente el 13% de ellos permanecían vivos después de 24 hph. El tiempo de supervivencia de los especímenes nacidos en periodos de oscuridad resultó significativamente mayor que el de aquellos nacidos con iluminación. En cuanto a la natación, el periodo máximo fue de 46 hph. La mayor parte de los oncomiracidios (93%) fueron capaces de nadar verticalmente al nacer, aunque después de 6 hph solamente el 53% de ellos era capaz de hacerlo y a las 16 hph el porcentaje había disminuido hasta el 11%. Su velocidad media de natación fue de 3,97 mm/s y no se encontraron diferencias significativas entre los periodos de natación de los individuos nacidos en oscuridad y los nacidos con iluminación. 0.7.4. Discusión Los principales eventos del desarrollo de los oncomiracidios de S. chrysophrii siguieron una secuencia parecida a la descrita para otras especies de monogeneos. Las primeras estructuras visibles fueron los primordios de los ganchos, después las manchas oculares y, finalmente, los cilios y los opérculos, perceptibles poco tiempo antes de la eclosión de los huevos (Bondad-Reantaso et al., 1995). El tiempo de incubación, la duración del periodo de eclosión y el elevado éxito de eclosión de S. chrysophrii coincidió con el descrito para otras especies de monogeneos (Kearn, 1986; Gannicott y Tinsley, 1998a; Whittington et al., 2000a; Tubbs et al., 2005). La eclosión de los huevos de los monogeneos se ha vinculado a diferentes estímulos químicos, mecánicos, físicos, etc. (Kearn, 1986; Gannicott y Tinsley, 1997; Whittington et al., 2000a). En concreto, el predominio de eclosión nocturna exhibido por S. chrysophrii, ha sido descrito para Discocotyle sagittata (ver Gannicott y Tinsley, 1997) y Entobdella hippoglossi (ver Kearn, 1974). Sin embargo, en el caso de Entobdella soleae (Kearn, 1973), este ritmo de eclosión aparentemente relacionado con las condiciones ambientales, resultó ser de tipo circadiano. Los datos obtenidos en el presente estudio, no permitieron descartar la hipótesis del ritmo endógeno para la eclosión de los huevos de S. chrysophrii. En cuanto a la supervivencia, la mayoría de los oncomiracidios conocidos no exceden las 48 hph de tiempo de vida máximo a temperaturas parecidas a las del presente estudio (Whittington et al., 2000a). Los datos obtenidos para S. chrysophrii coincidieron con estos resultados aunque, realmente, sólo el 10% de los individuos superaron las 24 hph de vida. Los patrones de natación exhibidos por los oncomiracidios de S. chrysophrii también fueron muy parecidos a los descritos en estudios previos (Kearn, 1980; Gannicott y Tinsley, 1998b; Whittington et al., 2000a): (i) un primer periodo de natación vertical que podría contribuir a la búsqueda del hospedador en la columna de agua (Kearn, 1980) y (ii) un segundo periodo cerca del sustrato, posiblemente para minimizar la pérdida energética. Gannicott y Tinsley (1998b) postularon que la habilidad para nadar verticalmente estaba mucho más relacionada con el potencial infectivo de los oncomiracidios que con el tiempo de supervivencia. En el caso de S. chrysophrii, su tiempo de supervivencia le permitiría infectar al hospedador hasta 24 horas después de la eclosión del huevo. Sin embargo, los oncomiracidios buscarían activamente a su nuevo hospedador, y por tanto serían especialmente infecciosos, durante un periodo de entre 6 y 12 horas, en el que nadarían verticalmente. En condiciones de cultivo, este periodo infectivo se prolongaría artificialmente puesto que los huevos eclosionarían más lejos del fondo y los oncomiracidios permanecerían un mayor tiempo en la columna de agua. A priori, las diferentes velocidades de natación entre el parásito y su hospedador supondrían una gran barrera para la transmisión del parásito a nuevos individuos (Kearn, 1986). No obstante, la coordinación entre la reproducción del parásito y los hábitos de su hospedador parece ser una estrategia muy útil para soslayar esta limitación (Kearn, 1986). En el caso de S. chrysophrii, el predominio de eclosiones durante los periodos de oscuridad podría estar relacionado con los hábitos de la dorada, que forman grupos de forrajeo cerca del fondo al anochecer (Watt-Pringle, 2009) y descansan durante la noche (Bégout y Lagardère, 1995). De este modo, la densidad de hospedadores aumentaría y su actividad branquial disminuiría, evitándose el lavado de parásitos y facilitándose su transmisión y establecimiento. 0.8. Desarrollo post-larvario del monogeneo microcotílido Sparicotyle chrysophrii (Van Beneden et Hesse, 1863): comparación con otras especies de Microcotylidae y Heteraxinidae 0.8.1. Introducción El monogeneo poliopistocotíleo Sparicotyle chrysophrii causa graves epizootias en condiciones de cultivo. Estos episodios, son registrados principalmente durante la primavera y el verano (Faisal e Imam, 1990; Reversat et al., 1992; Sitjà-Bobadilla et al., 2009) y pueden causar importantes pérdidas económicas. Los efectos patológicos más relevantes causados por esta especie son la pérdida de sangre, debida a las heridas producidas por el anclaje y a la alimentación del parásito, y la disminución de superficie respiratoria, provocada por el aumento progresivo del tejido dañado y la ocupación branquial (Whittington y Chisholm, 2008). Los cambios en los elementos de anclaje durante el desarrollo y la tasa de crecimiento del parásito podrían modificar la gravedad de los efectos causados. Por tanto, conocer el desarrollo post-larvario de S. chrysophrii podría contribuir a optimizar el diseño de tratamientos y el control sobre esta especie. 0.8.2. Materiales y métodos Para analizar el desarrollo post-larvario de S. chrysophrii se utilizaron un total de 76 doradas infectadas, procedentes de una piscifactoría localizada en Murcia (España). Estos peces se desparasitaron y se distribuyeron por grupos de 19 individuos en 4 tanques de 250 l mantenidos a 20ºC. La infección experimental se inició mediante la introducción de 250 huevos de S. chrysophrii en cada uno de los tanques. A partir de este momento, los peces fueron sacrificados y analizados en grupos de cuatro. El primer muestreo se realizó a los 3 días después de la infección (dpi, días post infección), posteriormente se muestrearon cada 2 días hasta los 21 dpi y, finalmente, cada 5 días hasta los 36 dpi, momento en el que se observaron especímenes de segunda generación enganchados a la branquia. El grupo de peces sobrante (N= 16) se sacrificó a los 51 dpi. Los parásitos se recogieron y clasificaron según el arco que ocupaban y su estado de desarrollo. Se registraron longitud total, longitud del háptor, anchura de la pinza más grande y número total de pinzas para cada espécimen. Finalmente, se calculó la tasa de crecimiento del parásito durante su desarrollo y se comparó con las obtenidas para otras especies de microcotílidos y heteraxínidos. En este análisis comparativo se incluyeron un total de 10 especies: Microcotyle spinicirrus, Microcotyle donavini, Microcotyle gotoi, Microcotyle sebastis, Microcotyle hiatulae, Polylabroides multispinosus, Bivagina tai, Heteraxinoides xanthophilis, Heteraxine heterocerca y Zeuxapta seriolae. 0.8.3 Resultados La prevalencia durante el experimento fue del 78% y la intensidad media de 12 ? 13 con una abundancia máxima de 46. El número total de parásitos obtenido fue 582, 36 de los cuales eran adultos. En referencia al número de parásitos por arco branquial, no se encontraron diferencias significativas. Entre los cambios morfológicos observados durante el primer periodo del desarrollo post-larvario de S. chrysophrii destacaron el tamaño progresivamente mayor de los ganchos hasta la aparición del primer par de pinzas, el cese posterior del crecimiento, la posición progresivamente anterior de la faringe y la uniformidad en el aspecto y la disposición de las manchas oscuras asociadas al digestivo. Todos los especímenes encontrados durante el primer muestreo presentaban un háptor formado por los ganchos posteriores, los hamuli y los pequeños ganchos laterales. El primer par de pinzas se observó entre los 7 y los 15 dpi. Los ganchos laterales se mantenían durante algún tiempo después de la aparición de las primeras pinzas. Los mayores especímenes con lengüeta terminal tenían entre 5 y 6 pares de pinzas y se encontraron entre los 15 y 21 días después de la infección. Los individuos sin lengüeta terminal se registraron desde el día 15 después de la infección hasta el final del experimento. Los especímenes con el máximo número de pinzas se encontraron en el último muestreo, a los 51 dpi. En las primeras fases del desarrollo (individuos sin pinzas) se observaron 4 masas compactas de aspecto granular y color marrón o amarillento asociadas a los ciegos digestivos que mantenían su forma hasta la aparición de los primeros pares de pinzas. El atrio genital se observó completamente desarrollado a los 19 dpi, el primordio de los testículos entre los 19 y los 21 dpi y el germario entre los 21 y los 26 dpi. Los primeros huevos intrauterinos se detectaron a los 26 dpi y las larvas de segunda generación fueron encontradas por primera vez a partir de los 36 dpi a 20ºC. La curva de crecimiento de S. chrysophrii presentaba un aspecto sigmoide con 3 periodos de crecimiento diferentes (lento-rápido-lento). El mismo patrón se observó para la tasa de adición de pinzas (nº pares de pinzas/día): 0-1 durante el primer periodo, 2-3 durante el segundo y 1-2 durante el tercero. La longitud del háptor crecía de manera lineal con la longitud total del cuerpo aportando, aproximadamente, 2/7 de su crecimiento total. La relación entre la longitud del cuerpo y el número de pinzas fue exponencial para todas las especies comparadas. Las diferentes especies se agruparon en 4 conjuntos según la pendiente de la línea de regresión entre el número de pinzas y la transformación logarítmica de la longitud total para cada una de ellas: (i) entre 0,0217 y 0,0229 (S. chrysophrii, P. multispinosus y B. tai), (ii) entre 0,0280 y 0,0311 (M. sebastis, M. spinicirrus y M. hiatulae), (iii) entre 0,0405 y 0,0439 (H. xanthophilis y M. donavini) y (iv) entre 0,0517 y 0,0523 (H. heterocerca y M. gotoi). La especie Z. seriolae, con una pendiente de 0,0324 y se incluiría en el segundo grupo. 0.8.4. Discusión En referencia a los cambios morfológicos del háptor durante el desarrollo de S. chrysophrii, uno de los datos más relevantes fue que no se observó el reemplazamiento de los ganchos laterales por parte de las pinzas, al contrario de lo que se había descrito en estudios previos (Euzet, 1958; Thoney, 1986a; Thoney y Munroe, 1987; Thoney, 1988; Roubal y Diggles, 1993). Estos ganchos eran desplazados lateralmente hasta que caían con parte del tejido circundante. Por otra parte, los ganchos posteriores y los hamuli no variaban su tamaño después de la aparición del primer par de pinzas y por tanto, ganchos de iguales dimensiones eran utilizados para la sujeción de especímenes de distinto tamaño, con mayor o menor contribución de las pinzas. Por otra parte se sugirió una nueva composición para las manchas asociadas al digestivo de los primeros estados larvarios de S. chrysophrii. Estas manchas habían sido previamente interpretadas como residuos de sangre dentro del primordio del digestivo sacular (Euzet, 1958). Sin embargo, si se tratase de productos residuales de la digestión, su morfología, color y distribución debería mostrar un aspecto variable, puesto que la ingestión es discontinua en los monogeneos y los restos de comida se excretan (Kearn, 2004; Whittington y Chisholm, 2008). Estas manchas mantenían su forma y tamaño durante los primeros estados de desarrollo del parásito y presentaban un aspecto parecido al de las vitelógenas de los adultos o a los pequeños gránulos de vitelo encontrados de forma dispersa en el cuerpo de algunos oncomiracidios. Considerando todos estos datos, se sugirió que el vitelo también podría ser uno de los componentes de estas manchas. Los periodos con distintas tasas de crecimiento descritas para S. chrysophrii se correspondían, aparentemente, con diferentes etapas de su desarrollo. La primera etapa, de crecimiento lento (i), coincidiría con el periodo de desarrollo de las primeras pinzas (elemento crítico para una buena sujeción de los individuos de mayor tamaño) y terminaría aproximadamente con la caída de la lengüeta terminal. A partir de este momento se iniciaría una etapa de crecimiento rápido (ii) hasta llegar a la madurez, después de la cual se produciría un nuevo periodo de crecimiento lento (iii) que finalizaría con la aparición de los primeros individuos de segunda generación. Se observó un aparente patrón común para la pérdida de la lengüeta terminal y la maduración de las diferentes especies de microcotílidos analizadas. La lengüeta terminal se perdía cuando se habían desarrollado entre un 10 y un 20% de las pinzas, mientras que la madurez (entendida como el momento de aparición del primer huevo) se producía cuando se habían desarrollado entre un 60 y un 75% del total de pinzas. Este patrón coincidía con el descrito previamente para M. hiatulae, P. multispinosus, y B. tai por Roubal y Diggles (1993). Los cambios morfológicos producidos en el háptor de S. chrysophrii varían sus efectos sobre el tejido branquial. Durante el desarrollo de este parásito se diferenciaron tres periodos en los que la lesión predominante la causaban los ganchos, las pinzas o la acción combinada de ambos. Los especímenes con ganchos fueron encontrados en los primeros 21 dpi. Este sería un periodo en el que los daños estarían causados por la perforación del gancho sobre el tejido branquial. Los parásitos con pinzas se encontraron a partir del séptimo día después de la infección. Por tanto, durante 14 días las lesiones causadas por los ganchos se combinarían con las resultantes de la acción compresiva de las pinzas. Finalmente, la adición gradual de pinzas extendería el daño sobre el tejido branquial y disminuiría la superficie de intercambio gaseoso (Montero et al., 2004; Buchmann y Bresciani, 2006; Whittington y Chisholm, 2008; Sitjà-Bobadilla y Álvarez-Pellitero, 2009). Desde un punto de vista aplicado, los resultados del presente estudio, junto con los obtenidos en el estudio sobre el desarrollo larvario de S. chrysophrii, permitirían establecer un calendario óptimo de tratamientos para mejorar su efectividad. El primer paso sería suministrar un tratamiento que eliminase la mayor parte de especímenes adultos (aunque los huevos continuarían permaneciendo en la instalación). Después, las nuevas aplicaciones deberían realizarse a partir de los 50 días (36 días de maduración + 10 días de tiempo máximo de incubación + 3 días de tiempo máximo de supervivencia del oncomiracidio). Con el fin de mantener la instalación libre de parásitos durante más tiempo y controlar el número de juveniles se podrían aplicar tratamientos menos agresivos, de 15 a 20 días después de haber administrado la primera dosis. Entre dos y tres tratamientos (adulto-larva) al año serían suficientes para mantener la infección controlada en cultivos localizados en el área del mediterráneo occidental. Adicionalmente, un seguimiento del desarrollo parasitario, sería una medida preventiva muy recomendable. 0.9. CONCLUSIONES 1. La parasitofauna de Seriola dumerili en el Mediterráneo occidental es más rica en especies de lo que se pensaba. Diecisiete de las veintiséis especies obtenidas en las cuatro localidades muestreadas son nuevos registros: dos nuevas especies para la ciencia (Paradeontacylix balearicus and P. ibericus), un nuevo hallazgo en serviola del Mediterráneo (Parabrachiella seriolae), ocho primeras citas en S. dumerili (Aphanurus sp., Capillaria sp., Camallanus sp., Cardiocephaloides sp., Cucullanus sp., Floriceps saccatus, Galactosomum lacteum, Lecithocladium sp.) y seis nuevos hallazgos en el Mediterráneo (Caligus aesopus, Caligus sp., Neometanematobothrioides periorbitalis, Prosorhynchus facilis, Hysterothylacium seriolae, Tetraphyllidean larva); y nueve son especies previamente citadas en S. dumerili del Mediterráneo occidental. De acuerdo con su prevalencia, la mayoría de las especies de Mallorca son accidentales (13). El resto de especies son principalmente comunes (9) y algunas de ellas son infrecuentes (2). Las especies comunes se encuentran en todas las localidades estudiadas. 2. La comunidad parasitaria de S. dumerili en el Mediterráneo occidental está mayoritariamente formada por parásitos heteroxenos, principalmente trematodos, adquiridos tróficamente. La serviola es el hospedador definitivo de muchos de ellos puesto que se encuentra en un nivel alto de la cadena alimenticia. La serviola también es hospedador intermediario de dos trematodos en estado de metacercaria y dos metacestodos accidentales. Muchas de las especies encontradas son especialistas estrictos o especialistas de peces carángidos. Por tanto, las relaciones filogenéticas parecen tener un papel bastante relevante en la composición de esta comunidad. 3. Cinco de las nueve especies comunes en S. dumerili de Mallorca presentan un patrón estacional de infección: Bucephalus gorgon, Hemiurus communis, Paradeontacylix. balearicus (huevos), Stephanostomum. ditrematis y Zeuxapta seriolae. Las prevalencias aumentan aparentemente de otoño a invierno en B. gorgon y en H. communis, y de primavera a verano en P. balearicus (huevos), S. ditrematis y Z. seriolae. 4. Entre los parásitos encontrados en Mallorca, los más peligrosos en condiciones de cultivo son los monogeneos y los aporocotílidos puesto que han sido previamente relacionados con mortandades masivas de S. dumerili en el Mediterráneo. Las especies de trematodos en estado de metacercaria (strigeidos y heterófidos), didimozoidos, acantocólpidos, calígidos y gnátidos se consideran potencialmente dañinos. Aunque no han sido relacionadas con infecciones importantes de S. dumerili, son taxonómicamente cercanas a otras especies causantes de significativos efectos patológicos, El resto de especies se consideran poco peligrosas por sus escasos efectos (bucefálidos y hemiúridos) o por su baja prevalencia (cestodos, nematodos). 5. Se describen dos nuevas especies de Paradeontacylix parásitas de S. dumerili: P. balearicus procedente de las islas Baleares y P. ibericus procedente de la península ibérica. Cada una de estas especies se distingue morfológicamente del resto por su tamaño y forma. Los análisis discriminantes separan estas dos especies de las que infectan a S. dumerili en Japón (P. grandispinus y P. kampachi). Sin embargo, las diferencias morfológicas entre P. grandispinus y P. balearicus no son estadísticamente significativas. 6. El cladograma del género Paradeontacylix coincide con el árbol filogenético basado en datos moleculares. Las especies de Paradeontacylix se distribuyen en dos clados separados y con un buen soporte: (P. ibericus+P. kampachi) y (P. godfreyi+(P. balearicus+P. grandispinus)). Las menores divergencias de secuencias se encuentran entre P. grandispinus y P. balearicus (0.2%/2.5%/6.3%) mientras que entre P. kampachi y P. ibericus la divergencia es ligeramente mayor (0.2%/4.7%/7%). P. godfreyi muestra los mayores porcentajes de divergencia con el resto de especies con valores de hasta un 12.5% en el ITS2 y un 16.0% en el COI. 7. La unión filogenética entre las especies japonesas y mediterráneas subraya la importancia de su similitud morfológica y molecular por encima de la separación geográfica entre ellas. Estos resultados sugieren que ambos grupos de especies de aporocotílidos o sus ancestros existían antes de la separación de las poblaciones de sus peces hospedadores. 8. Los niveles de infección de Z. seriolae observados en S. dumerili de Mallorca entre 2005 y 2007 son los mayores registrados hasta la fecha en individuos salvajes y similares o superiores a los registrados en epizootias de este parásito en condiciones de cultivo. Se observa un patrón estacional recurrente de infección por Z. seriolae en las poblaciones de S. dumerili de Mallorca, que presentan mayores cargas parasitarias durante las estaciones cálidas (de abril a junio). Este patrón es consistente, a pesar de la tendencia significativa de descenso en la abundancia a lo largo de los diferentes años de muestreo, y está significativamente correlacionado con el aumento del promedio y el máximo de temperatura mensual. 9. En líneas generales, los datos parasitológicos obtenidos de los muestreos adicionales en las diferentes localidades del Mediterráneo occidental (Alicante y Córcega) muestran el mismo patrón estacional de abundancias con la excepción de la población de peces de Cerdeña. Por tanto, la variación geográfica en la distribución y abundancia de Z. seriolae requiere una mayor exploración. 10. La infección por Z. seriolae no afecta significativamente a la apariencia externa de los peces o su factor de condición de Fulton. Sin embargo, existen tres evidencias que sugieren una posible mortandad de los juveniles de S. dumerili inducida por el parasito: (i) la asociación negativa significativa entre la abundancia de Z. seriolae y la longitud del pez; (ii) la asociación entre el incremento de abundancia durante los meses cálidos y el aumento notable de los niveles de agregación del parásito; y (iii) la fuerte correlación negativa entre estos niveles de agregación y el promedio de la longitud del pez que podría indicar que los peces altamente infectados están siendo rápidamente eliminados de la población. La mortandad del parásito debido a la respuesta inmune del hospedador y la estacionalidad en la transmisión del parásito podría también contribuir en el patrón de abundancias y agregación espacial. 11. Los huevos de Sparicotyle chrysophrii eclosionan entre 5 y 10 días después de la puesta a 20ºC e in vitro y su éxito de eclosión es de 87,3 %. Muchas de las eclosiones ocurren en los periodos de oscuridad (> 75%), especialmente entre la primera y la segunda noche después de la primera eclosión. Las eclosiones nocturnas podrían estar relacionadas con la coordinación entre el parásito y su hospedador puesto que la dorada forrajea en grupos al anochecer y disminuye su actividad general durante la noche. El aumento de densidad local y el descenso de actividad branquial facilitaría la transmisión del parásito. El tiempo de supervivencia de los oncomiracidios de S. chrysophrii no excede habitualmente las 24h aunque las larvas pueden vivir más de dos días. La mayoría de los oncomiracidios nada verticalmente al nacer aunque después de 12h solamente el 15% de ellos puede hacerlo. Por tanto, el periodo para encontrar activamente al nuevo hospedador es inferior a 12 h. 12. Se registran nuevos datos morfológicos en el desarrollo de los primeros estados post-larvarios de S. chrysophrii. Los más relevantes son: (i) el mantenimiento de los ganchos laterales después de la aparición del primer par de pinzas; (ii) la posición medial de la faringe, que podría disminuir su funcionalidad; (iii) el mantenimiento del tamaño de los ganchos a partir del desarrollo del primer par de pinzas y por tanto la sujeción de individuos de diferente tamaño mediante ganchos iguales; y, (iv) la morfología invariable de las 4 manchas de aspecto granular asociadas al digestivo que podrían estar formadas por sangre y vitelo. 13. En el desarrollo de S. chrysophrii se diferencian tres periodos con diferentes tasas de crecimiento. El primer periodo (lento) finaliza con la pérdida de la lengüeta terminal. El segundo periodo (rápido) se desarrolla a lo largo de la maduración del parásito. El último periodo (lento) se observa desde la maduración hasta el desarrollo del total de las pinzas. En relación con estos periodos, se observan unos patrones temporales comunes para la pérdida de la lengüeta terminal y la maduración en todos los microcotílidos y heteraxínidos comparados en el presente estudio (Microcotyle spinicirrus, Microcotyle donavini, Microcotyle gotoi, Microcotyle sebastis, Microcotyle hiatulae, Polylabroides multispinosus, Bivagina tai, Heteraxinoides xanthophilis, Heteraxine heterocerca y Z. seriolae). La lengüeta terminal cae, normalmente, cuando se han desarrollado entre el 10 y el 20% del total de pinzas, mientras que la maduración ocurre cuando se han desarrollado entre el 60% y el 70% de las pinzas. 14. Los efectos patológicos causados por el enganche de S. chrysophrii varían durante su desarrollo. Primeramente, los ganchos ejercen una acción perforante (durante aproximadamente 21 días) y posteriormente las pinzas actúan comprimiendo los filamentos branquiales (desde el séptimo día después de la infección). La adición gradual de pinzas extiende los daños y disminuye la superficie branquial de intercambio gaseoso. Asimismo, con el crecimiento del parásito la cantidad de sangre ingerida es mayor y la anemia puede ser más severa. 15. Un tratamiento con dos dosis separadas entre 15 y 20 días, una contra los adultos y juveniles y otra contra los oncomiracidios nacidos de los huevos resistentes al primer tratamiento, seria altamente eficiente y permitiría largos periodos sin infección en condiciones de cultivo. La administración de nuevos tratamientos podría postergarse con seguridad al menos hasta 50 días después: 36 días (maduración) + 10 días (tiempo máximo de incubación del huevo) + 3 días (periodo máximo de supervivencia del oncomiracidio).