Bandidos y bandolerismo en la Valencia del siglo XVIINuevas fuentes, nuevas perspectivas
- Urzainqui Sánchez, Sergio
- Jorge Antonio Catalá Sanz Directeur
Université de défendre: Universitat de València
Fecha de defensa: 20 janvier 2016
- Emilia Salvador Esteban President
- David Bernabé Gil Secrétaire
- José Ángel de las Heras Rapporteur
Type: Thèses
Résumé
Han pasado más de cuarenta años desde que Josep Martínez Ferrando afirmara en un breve trabajo sobre el famoso bandido Josep Artús que el fenómeno del bandolerismo valenciano del periodo virreinal distaba mucho de quedar claro, añadiendo que la documentación sobre el asunto seguía a la espera de que los investigadores centraran en ella su atención. A pesar de las relevantes aportaciones de Sebastián García Martínez, James Casey, Lluís Guia y otros autores desde las últimas décadas del siglo XX, no son pocos los aspectos básicos de la cuestión que quedan por dilucidar. En sus líneas maestras, la interpretación que hoy prevalece en nuestra historiografía sobre el problema específico del bandolerismo valenciano continúa ligada a la de García Martínez, cuyo análisis se basa en dos vértices principales. Por un lado, la descomposición del mismo en diversas facies: el bandidaje aristocrático; el popular, fruto de la desigualdad, la pobreza y la marginación en el campo; y las parcialidades o bandosidades. Por otro lado, la pugna que, con mayor o menor convicción, constancia y firmeza, mantuvieron los virreyes contra cada una de las citadas caras del fenómeno, a veces valiéndose de unos instrumentos, a veces de otros, no siempre respetuosos con la legislación foral. A fuerza de repetidas, algunas hipótesis interpretativas parecen haber acabado por ser aceptadas como axiomas que no necesitan demostración. Sin embargo, a nuestro juicio distan de ser así las cosas. Para empezar, resulta confusa la relación entre las diversas caras del problema. Por otro lado, aunque García Martínez trató de confeccionar una geografía del fenómeno, la determinación de los viveros de salteadores y de sus teatros de operaciones predilectos (y de las relaciones entre unos y otros) exige una verificación documental. Si los espacios del bandolerismo valenciano requieren de mayor investigación, otro tanto puede decirse de su cronología y de su evolución en el tiempo, pues resulta discutible hacer coincidir, como se ha hecho a menudo, las distintas fases del problema con la sucesión de virreinatos. En otro orden de cosas, es mucho lo que queda por descubrir acerca de la composición de las cuadrillas, la duración de sus andanzas, sus estrategias de actuación, la tipología de sus crímenes, sus objetivos y motivaciones, así como las redes de favor, protección y solidaridad (familiares, amigos, vecinos, élites locales, oficiales de justicia, lazos con nobles y eclesiásticos), que hicieron posible que las trayectorias delictivas de algunos forajidos se prolongasen muchos años. Todos estos vacíos son las que hemos intentado rellenar contando con una documentación poco trabajada hasta la fecha.