Prevención del déficit funcional en pacientes ancianos hospitalizados por enfermedad agudaestudio preliminar de un programa de fuerza
- Sisamon Rodríguez, Marieli
- Pere Llorens Soriano Director
- Cristina Blasco Lafarga Director
Universidade de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 02 de outubro de 2012
- Susana Aznar Laín Presidente/a
- José Francisco Guzmán Luján Secretario
- Francisco Javier Martín Sánchez Vogal
Tipo: Tese
Resumo
Asistimos a un envejecimiento creciente de la población, situación que supone dedicar nuestro interés a este grupo, así como a desarrollar actuaciones destinadas a mejorar su calidad de vida. Muchos de estos ancianos son ingresados y devienen en enfermos crónicos, por lo que pasan a ser considerados pacientes, y tienden a abandonar ya no solo la actividad física (AF), en caso de que existiera, sino incluso las actividades básicas de la vida diaria. Aunque sabemos de los beneficios que supone la actividad física en este grupo de población “sana”, todavía son pocos los estudios destinados a abordar el deterioro funcional y cognitivo-emocional que supone para los ancianos un ingreso hospitalario. Y aún menos los centrados en revertirla. El planteamiento de esta tesis partió de esta inquietud, con la idea de abordar el análisis de un problema creciente como es el deterioro funcional agudo y el deterioro cognitivo-emocional en la población anciana hospitalizada, y a su vez plantear una posible solución para evitar la dependencia tras el ingreso, en forma de programa de actividad física adaptado durante el tiempo que durara el ingreso. Una estrategia novedosa ya que se trabajó con pacientes en las primeras horas de su ingreso, en fase aguda de la enfermedad. El objetivo de esta investigación fue comprobar la viabilidad y consecuencias de una a tres sesiones de AF centradas en la fuerza en Ancianos Hospitalizados (AH) recién ingresados. 59 pacientes de edad avanzada (79.17±8.64; 63% hombres y 37% mujeres) con valores de Charlson que confirman que se trata de ancianos pluripatológicos, fueron evaluados al ingreso y al alta en la UCE de Hospital General de Alicante. 33 pacientes formaron el grupo experimental y 26 el grupo control. Los instrumentos de medida fueron la escala de Barthel, el test de Pfeiffer, el test Tinetti, la escala de depresion geriatrica Yesavage, el Indice Charlson, pulsioxímetros y monitores de ritmo cardiaco. Los resultados demuestran un efecto favorable de los programas de entrenamiento en la fase aguda de los pacientes ingresados por patología cardiorrespiratoria. Y confirman el empeoramiento de aquellos que no participan en el programa de fuerza. Entre los resultados de mayor interés: mejoría significativa en las ABVD para el GE (Z= -2.92; p =0.003) con empeoramiento para el GC (Z= -2.53; p =0.011). El entrenamiento de fuerza no es capaz de producir por sí misma una reducción significativa en el nivel de depresión de los AH, aunque sí parece contener los valores del ingreso (RIC 2.00-5.00 al ingreso vs media RIC: 1.00-4.50 al alta). Aquellos ancianos que no participan en el programa (GC) sí empeoran de forma significativa: GC (z=-2.75; p= 0.006; RIC: 2.00-6.25 al ingreso vs RIC: 2.75-7.75, al alta). Estas 1 a 3 sesiones de entrenamiento han producido un efecto de mejora pequeño, pero significativo, en el equilibrio (Tinetti) del GE (z=-1.94; p= 0.05) frente a un GC cuya media y recorrido intercuartil empeoran también ligeramente, aunque en este caso sin significación estadística. Estos resultados tienen importantes implicaciones en la manera de abordar en la actualidad el deterioro funcional en los ancianos y podrían tener implicaciones en el grado de reversibilidad, y por tanto en la probabilidad de recuperar la situación funcional basal previa al ingreso. Parece, por tanto necesario profundizar más en la práctica de AF en el ámbito hospitalario y más concretamente en el trabajo de fuerza en AH en la fase aguda de su enfermedad, ya que puede suponer un gran avance para este tipo de población, y también para el sistema sanitario en general.