"Ya no estás más a mi lado, corazón"estética Camp en América Latina
- Nuria Girona Fibla Directora
Universidad de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 18 de junio de 2012
- José Amícola Presidente/a
- Juan Miguel Company Ramon Secretario
- Fabio Rodríguez Amaya Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta tesis doctoral consta de tres capítulos cuyo recorrido pretende ilustrar que la puerta de entrada a la Estética Camp pasa por una mirada diferente sobre los productos culturales de masas y que su puerta de salida en América Latina atraviesa la Estética Neobarroca; por tanto, el Camp resulta tanto física como conceptualmente central en el trabajo. Se inserta el análisis de tres novelas y una obra teatral para mostrar cuáles son los mecanismos que el Camp adopta en América Latina: Tengo miedo torero (2000) del chileno Pedro Lemebel, Azul petróleo (1998) del venezolano Boris Izaguirre, Sirena Selena vestida de pena (2001) de la puertorriqueña Mayra Santos Febres y Fresa y chocolate (Querido Diego) (1997) dirigida por el cubano Carlos Díaz con guión de Senel Paz. El primer capítulo parte de la evolución de lo popular a lo masivo (en consonancia con las realidades urbanas e industriales en que se desarrolla el debate en torno a la industria cultural a lo largo del siglo XX); continúa con una visión panorámica sobre las posiciones de apocalípticos e integrados ante la cultura de masas (siguiendo la terminología de Umberto Eco) y su contextualización en América Latina. A continuación, se centra en la evolución de la imaginación melodramática en América Latina y la problemática del Kitsch (con las visiones de sus defensores y detractores, su relación con la cursilería latinaomericana y la vida del objeto Kitsch relacionado con la moda nostalgia Camp). La visión sobre los textos engloba tanto la presencia del amor melodramático como el uso del bolero, la copla y ciertos subtextos extraídos del universo de la telenovela y del cine clásico de Hollywood. El segundo capítulo, dedicado a la Estética Camp, enlaza con el primero por al resemantización paródica que desde la óptica Camp se realiza sobre el Kitsch, el melodrama y todos los elementos ligados tradicionalmente a la esfera del sentimiento y la ¿feminidad¿ (siempre entendida como constructo cultural). De la evolución histórica y etimológica del Camp, se pasa a analizar su evolución teórica (Pop-Gay-Queer Camp) y sus características principales: su relación con lo no-hegemónico, el travestismo (transgender M2F), la parodia, la teatralidad fuera de escena y su posicionamiento frente a ciertos binarismos como belleza/fealdad, político/apolítico, auténtico/teatral, subversivo/conservador, etc¿ ya que el Camp los enlaza a través de la figura del oxímoron aportando una tercera vía y configurando una tercera corriente del gusto como dijo Susan Sontag (1964). Para comprobar la pertinenecia del uso de esta categoría en el continente, se realiza un trabajo de archivo sobre los testimonios tempranos sobre el Camp en México (Monsivási, Fuentes y Piazza), Argentina (Massotta y Urondo) y Puerto Rico (Luis Rafael Sánchez) hasta llegar a las últimas aportaciones críticas de Lidia Santos y José Amícola. Por otro lado, la visión sobre el corpus atañe en este capítulo a la ambigüedad de raiz de ciertos personajes, su posicionamiento "políticamente incorrecto", la traducción literaria del oxímoron Camp y la plasmación de las variables que adopta el discurso Queer en el continente (atravesado por cuestiones de género, raza y clase en consonancia con esso "-ismos queer" como son machismo, clasismo y racismo) desde el punto de vista de los autores trabajados y su ideología. En América Latina, como se puede comprobar en el último capítulo de la tesis, la Estética Camp pasa a través de la Neobarroca: un terreno estético inaugurado por Lezama Lima, Carpentier y Sarduy que a partir de los `80 presenta una proliferación teórica impresionante (Deleuze, Gruzinski, Irlemar Chiampi, Rincón, Echavarren, Perlongher etc.). A continuación se incide en sus inestabilidades críticas (debates en torno a una supuesta universalidad, a su relación con el Clasicismo, la Posmodernidad, etc) y sus características generales. Tanto la simulación, como el artificio, el exceso y la proliferación, marcan la relevancia de la forma, la seducción sinestésica y el batiburrillo estético; elementos que se relacionan con el fascinante universo de purpurina de la estética camp. Tanto la presencia en el corpus literario del ritmo y la musicalidad, las imágenes de alta carga sensorial, la parodia, lo grotesco y la tópica de las ruinas (que enlaza con la moda nostalgia Camp) enlazan ambas estéticas en un bucle al infinito que se hace eco de la cualidad rizomática de la Estética Camp. En resumen, observamos que la Estética Camp opera en las obras analizadas a través de la resemantización paródica de ciertos elementos procedentes de la cultura de masas como el bolero, la copla, la telenovela o el cine clásico de Hollywood en ficciones protagonizadas por personajes que practican el gender bending y el nomadismo identitario y que a través del humor, la incongruencia y la teatralidad atraviesan problemáticas sociopolíticas como los regímenes dictatoriales, la explotación sexual, el abuso de menores, la hipocresía social, la apertura ideológica, etc. favoreciendo una lectura crítica de las mismas. Por último, en la textura de la prosa, el uso de imágenes de alta carga sensorial y la carnavalización paródica de ciertos elementos, atraviesan la puerta de salida del Camp latinoamericano: la Estética Neobarroca.