La organización y descripción de un archivo catedralicio en el siglo XVIII. Estudio y edición del Libro Maestro, ms. 53 del Archivo Capitular de la Catedral de Oviedo

  1. GARCÍA MUÑOZ, PALOMA
Dirigida por:
  1. Miguel Calleja Puerta Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 28 de enero de 2016

Tribunal:
  1. María Josefa Sanz Fuentes Presidente/a
  2. Antonio López Secretario/a
  3. Vicente Pons Alós Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 403453 DIALNET

Resumen

La presente tesis doctoral tiene como fin la explicación de una parte de la historia del archivo de la catedral de Oviedo a partir del estudio y edición de uno de sus inventarios más antiguos: el Libro Maestro, manuscrito 53 de su archivo capitular. El estudio se articula en torno a dos partes complementarias como son el análisis formal y el análisis archivístico, de tal manera que partiendo de sus características físicas se urde la disección codicológica y paleográfica del referido inventario in extenso, deteniéndonos en cada página de los tres tomos que lo integran, para, seguidamente, comprender qué nos dice y cómo nos lo dice. La edición diplomática íntegra del Libro Maestro busca facilitar el acceso a esta fuente de investigación y contribuir a su preservación en el devenir del tiempo. Intitulado como Libro Maestro de todos los pergaminos y papeles que se hallan en el Archivo de esta Santa Yglesia de Oviedo con un extracto de su contenido y referencia a los cajones donde se hallan, en sus tres tomos resume un total de 6.110 unidades documentales simples, compuestas y de localización Sin embargo, el afán totalizador expreso en su encabezamiento se queda en mera pretensión inicial al centrarse exclusivamente en la secciones de patrimonio, gobierno, justicia, personal y contaduría del fondo de la Mesa Capitular. El análisis formal y de contenido de este instrumento de descripción permite comprender mejor cómo se hizo. El Libro Maestro se extiende in folio manuscrito sobre papel blanco de mediana calidad elaborado y encuadernado artesanalmente. Es una obra opistógrafa, esto es, escrita por ambas caras de la hoja. En cada página el margen superior lo ocupan los encabezamientos de cada agrupación documental, cuya función es identificar el legajo descrito. Por la denominación de estos se deduce un criterio geográfico de ordenación de la descripción según la jurisdicción eclesiástica, en los dos primeros tomos. Sin embargo el tercer tomo adopta un criterio de ordenación topográfico, esto es, de localización en la instalación del archivo, con especificación del armario, número de cajón y legajo en el que se hallan las unidades documentales descritas. Del mismo modo, la paginación correlativa en los dos primeros tomos se rompe en el tercero, que inicia una secuencia propia. Esa discontinuidad parece reflejar un cambio en la naturaleza del trabajo: al finalizar la descripción de las 30 primeras gavetas del Armario Chico, que es el mueble dominante en los dos primeros tomos, al principio del tomo tercero se abre una parte diferenciada donde el foco de la descripción se centra en las unidades documentales custodiadas en el Armario Grande. El Armario Grande cobra mayor peso a raíz de la nueva reorganización que se señala en el inventario ya en el tercer tomo y que se traduce en la reinstalación de unidades documentales custodiadas en origen en el Armario Chico al Armario Grande y que tuvo su reflejo en el traslado de los muebles que en un principio se encontraban en el Archivo Alto a la sala de estudio o Gimnasium, a finales del siglo XVIII. Otro argumento que sostiene esta tesis es la organización previa que se refleja en los instrumentos de descripción parciales (Legajo A y Legajo B) elaborados en 1773; un esquema que el Libro Maestro cambia, valorando y seleccionando a partir de los mismos las unidades documentales a las que se refiere, así como añadiendo otras nuevas. Por último, la identificación de tres manos principales nos indica que no se debió al esfuerzo de una única persona. Los espacios en blanco dejados por estas manos fueron aprovechados por otras manos secundarias desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, datando el documento más tardío de 1896. Por tanto, nos encontramos ante un inventario anónimo y abierto, al que se van sumando nuevas adiciones de documentos en el devenir del tiempo, a medida que se van concluyendo procedimientos administrativos.