El concepto de sentido como correspondiente entre ética y hermenéutica en Gabriel Marcel
- LÓPEZ LUENGOS, FERNANDO
- Carlos Díaz Hernández Director/a
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 22 de junio de 2005
- Manuel Maceiras Fafián Presidente/a
- José Luis Cañas Fernández Secretario/a
- Luis Miguel Arroyo Arrayás Vocal
- Manuel Fernández del Riesgo Vocal
- Agustín Domingo Moratalla Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La filosofía de Gabriel Marcel se caracteriza por rastrear las condiciones de posibilidad de toda filosofía desde sus racíces existenciales entendidas como un proceso. Pero si Marcel parte de la convicción profunda de la condición itinerante explícita del ser humano, ésta no es fácil de entender sin admitir una finalidad implícita en este mismo camino que es la que, en definitiva, le posibilita, y dirige. Esta finalidad implícita es la que constituye el concepto de sentido, que incluye, según pretendo demostrar, una dimensión teórica y una dimensión práctica. La primera se orientaría al concepto de significado que implica una determinada epistemología basada en una hermenúetica previa a toda conceptualización, y que acompaña su camino filosófico y existencial. La segunda, se orientaría a una forma de evaluar la realidad que se desarrolla en la historia personal y que posibilita y orienta la configuración de los valores y, consecuentemente, la orientación ética que se da a la propia existencia. Ambas dimensiones irían sustancialmente unidas, conocer es al mismo tiempo valuar: "la verdad y el valor no se dejan realmente disociar". Esta relación no se limita a la percepción de los valores concretos percibios en el curso de los acontecimientos cotidianos, sino que inlcuye la valoración de la propia vida en su conjunto. Otros de los aspectos que iluminan su concepción del sentido es la interpretación de la realidad vital en su desarrollo temporal. El sentido se articularía desde la interpretación del pasado personal en función de lo que se descubre como valioso en la proyección de la existencia haica el futuro. La persona no sólo estaría ciegamente condicionada desde su pasado como proponía Freud, sino que se proyecta hacia el futuro en función de unos valores descubiertos y asumidos personalmente. Todo ello configuraría el ámbito de una libertad que escaparía a los condicionantes reduccionistas que la