El rayo, la abundancia y la realeza. Análisis de la naturaleza del dios K'awiil en la cultura y la religión mayas

  1. Valencia Rivera, Rogelio
Dirigida por:
  1. Alfonso Lacadena García Gallo Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 01 de febrero de 2016

Tribunal:
  1. Andrés Ciudad Ruiz Presidente/a
  2. María Josefa Iglesias Ponce de León Secretario/a
  3. Ana García Barrios Vocal
  4. Erik Velásquez García Vocal
  5. Cristina Vidal-Lorenzo Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El presente trabajo se centra en el análisis del dios K'awiil dentro de la sociedad y de la religión mayas, en el cual se utilizó un enfoque interdisciplinario que empleó la Arqueología, la Iconología, la Epigrafía, la Etnohistoria y la Etnología. Después de la realización del estudio se ha podido comprobar que K'awiil es la representación del fuego celeste, es decir el rayo, que como uno de los responsables de la llegada de las lluvias acaba siendo a su vez, la deidad responsable de la abundancia presente en la naturaleza a través de la cual la sociedad maya se proveía de alimentos. Está relacionado especialmente con el dios maya asociado al maíz y a la vegetación, pero también con las aquellos dedicados a la protección de los animales. Además de con el maíz, también se asocia a otra planta especialmente importante para la élite maya, el cacao. K'awiil está presente en varios mitos en los que estas capacidades de potenciación y protección de la naturaleza están presentes, como el mito del surgimiento de la semilla del maíz y el de la obtención de los alimentos de la Montaña del Sustento. Asimismo, está presente en múltiples rituales calendáricos, como son las ceremonias del Año Nuevo, el calendario de 819 días, donde aparece como una advocación en la que se mezcla con el Señor de los Animales, en celebraciones de conmemoración de Tuun y de K'atuun y en relación al planeta Venus, siempre empleando este aspecto de proveedor de alimentos y primando su relación con la planta del maíz. Uno de sus aspectos más interesantes es el de protector de la naturaleza, el cual comparte una deidad dedicada a la protección y cuidado de los animales denominada Sip. Este carácter de protector y de proveedor de los bienes naturales para beneficio del hombre fue quizás el motivo por el cual fue elegido como símbolo del poder real, ya que su imagen fue empleada por los gobernantes mayas, primero surgiendo de barras ceremoniales, y más tarde, en forma de cetro. Este símbolo perdurará hasta el periodo Posclásico y su último ejemplo aparece durante la colonia. Asimismo fue empleado por los gobernantes en múltiples ceremonias, entre las que se encuentra la toma de dicho cetro, la invocación de seres sobrenaturales y bailes en donde su forma de cetro era empleada. Por sus características y propiedades podemos aproximar la figura de K'awiil a la de los Canhel, seres de los que se habla durante la Colonia y que son representados como rayos en las narraciones mitológicas, que viven en las cuevas y son responsables de la llegada de las lluvias, así como de proteger a todos los animales, siendo en particular, los encargados de proteger a las plantas y de proveer de riqueza a los hombres. Resulta especialmente atractiva está deidad que, a pesar de representar un fenómeno de la naturaleza, el rayo, esta íntimamente ligada a un concepto tan abstracto como es la abundancia, pues aleja la realidad conceptual de la religión maya del panteísmo, es decir, de considerar como deidades solamente a los fenómenos naturales, para darle un carácter de religión politeísta, tema que ha sido debatido con asiduidad en el pasado. A pesar de que K'awiil fue una deidad empleada y ligada a la realeza maya, éste sobrevive a la decadencia de los señores a finales del periodo Clásico. Su conceptualización fundamental se puede ver aún representada en los mitos y leyendas de los mayas de la actualidad, cosa que no ocurre con otras deidades también ligadas a la realeza como lo es la deidad Hunal, empleada como diadema real. K'awiil, al estar ligado al rayo, parte fundamental del aparato generador de la vida, junto a la lluvia, representada por Chaahk, y la tierra, representada por el Dios L, sobrevive a los abruptos cambios políticos a los que se enfrenta su culto, el cual se instaura durante el periodo Clásico Temprano, se afianza a lo largo del Clásico y se perpetúan en uno de sus aspectos, el de Canhel, en la tradición religiosa de los pueblos de la península de Yucatán.